El ex nuncio del Vaticano en Estados Unidos, el arzobispo Carlo Maria Vigano, dijo que ha sido citado por el Vaticano para enfrentar cargos de cisma.
El arzobispo publicó el decreto de dos páginas del Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano que le ordena comparecer para un juicio extrajudicial, citando como prueba declaraciones públicas que muestran una negación de los elementos necesarios para mantener la comunión con la Iglesia católica.
También citó la negación de la legitimidad del Papa Francisco, la ruptura de la comunión con el pontífice y el rechazo del Concilio Vaticano II.
Vigano dijo que consideraba las acusaciones como un honor. Reafirmó su rechazo al Concilio Vaticano II, llamándolo el cáncer ideológico, teológico, moral y litúrgico del cual la ‘iglesia sinodal’ (de Francisco) es la metástasis necesaria.
El decreto de dos páginas fechado el 11 de junio firmado por monseñor John J. Kennedy, secretario de la sección disciplinaria, decía que tenía hasta el 28 de junio para responder en persona o por escrito, o se emitiría un veredicto en su ausencia.
En el acto se le informa de su imputación por el delito de cisma, es decir, por afirmaciones públicas de las que resulta una negación de los elementos necesarios para mantener la comunión con la Iglesia católica: la negación de la legitimidad del papa Francisco, la ruptura de la comunión con él y rechazo del Concilio Vaticano II.
Vigano, de 83 años, es un representante del sector más conservador de la Iglesia Católica, nombrado arzobispo en 1992 por Juan Pablo II y luego, entre otros cargos, fue nuncio apostólico (embajador) en Nigeria hasta 1998 y en Estados Unidos entre el 2011 y el 2016.
En los últimos años no ha escondido su confrontación con el papa Francisco y en 2018 le acusó abiertamente de conocer los abusos sexuales del cardenal estadounidense Theodore McCarrick, a quien el pontífice más tarde expulsaría del sacerdocio por sus conductas, y llegó incluso a solicitar su renuncia.