Cientos de policías de Kenia partían el lunes hacia Haití, donde encabezarán una fuerza multinacional contra las poderosas pandillas cuya violencia mortal se disparó este año y ayudó a provocar un cambio de gobierno.
El despliegue es controvertido. El gobierno del presidente de Kenia, William Ruto, está desafiando el fallo de un tribunal que lo califica de inconstitucional. Y los críticos han expresado preocupación por la larga historia de presuntos abusos cometidos por agentes de policía.
Los 400 agentes de policía son los primeros de los 1.000 que Kenia espera enviar para la fuerza liderada por las Naciones Unidas en Haití. La ceremonia de despedida de Ruto el lunes estuvo cerrada a los medios de comunicación, pero su oficina compartió un discurso en el que instó a los oficiales a defender la integridad.
“Hemos mediado en muchos conflictos y actualmente estamos comprometidos a resolver más”, dijo. “No defrauden la confianza que el pueblo de Kenia y la comunidad internacional tienen en ustedes”.
Está pendiente un caso judicial que busca bloquear el despliegue, pero un fallo inicial calificó el despliegue de inconstitucional, citando la falta de un acuerdo recíproco entre Kenia y Haití.
Sin embargo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, agradeció a Ruto por el liderazgo de Kenia en la fuerza multinacional durante la reciente visita de Estado de Ruto a Washington. Estados Unidos acordó contribuir con 300 millones de dólares a la fuerza, pero Biden argumentó que una presencia de tropas estadounidenses en Haití plantearía todo tipo de preguntas que pueden tergiversarse fácilmente.
Más de 2.500 personas murieron o resultaron heridas en los primeros tres meses del año en Haití. El aumento de la violencia comenzó a finales de febrero y ha desplazado a más de medio millón de personas. Las pandillas controlan ahora al menos el 80% de la capital, Puerto Príncipe y carreteras clave. Atrapado fuera del país debido al cierre del aeropuerto internacional, el Primer Ministro Ariel Henry se vio obligado a dimitir.
Las acusaciones más recientes de los organismos de control contra la policía de Kenia por uso excesivo de fuerza se produjeron la semana pasada, cuando dos personas murieron durante protestas antigubernamentales. Un manifestante fue asesinado a tiros por un presunto oficial vestido de civil. El otro murió por una bomba lacrimógena lanzada por la policía.
La Autoridad Independiente de Supervisión Policial de Kenia está investigando la conducta policial durante las protestas en las que resultaron heridas más de 200 personas.