La Operación Chacal III, que se desarrolló del 10 de abril al 3 de julio en 21 países, tenía como objetivo luchar contra el fraude financiero en línea y los sindicatos de África occidental detrás de él, dijo la agencia en un comunicado.
“El volumen de fraude financiero procedente de África occidental es alarmante y está aumentando”, afirmó Isaac Oginni, director del Centro Anticorrupción y Delitos Financieros de Interpol. “Los resultados de esta operación subrayan la necesidad crítica de colaboración internacional entre las fuerzas del orden para combatir estas extensas redes criminales”.
Uno de los grupos objetivo fue Black Axe, una de las redes criminales más destacadas de África Occidental. Black Axe opera en fraude cibernético, trata de personas, contrabando de drogas y es responsable de delitos violentos tanto en África como a nivel mundial, añadió la agencia.
Black Axe utilizó mulas de dinero para abrir cuentas bancarias en todo el mundo y ahora está bajo investigación en más de 40 países por actividades relacionadas con el lavado de dinero, dijo la agencia. Entre los sospechosos se encuentran ciudadanos de Argentina, Colombia, Nigeria y Venezuela.
En Argentina, tras una investigación de cinco años, la policía tomó medidas enérgicas contra Black Axe y confiscó 1,2 millones de dólares en billetes falsos de alta calidad, arrestó a 72 sospechosos y congeló aproximadamente 100 cuentas bancarias.
Interpol, que cuenta con 196 países miembros y celebró su centenario el año pasado, trabaja para ayudar a las fuerzas policiales nacionales a comunicarse entre sí y rastrear a sospechosos y delincuentes en campos como el contraterrorismo, los delitos financieros, la pornografía infantil, el cibercrimen y el crimen organizado.
La organización policial más grande del mundo ha estado lidiando con nuevos desafíos, incluido un creciente número de casos de delitos cibernéticos y abuso sexual infantil, y crecientes divisiones entre sus países miembros.
Interpol tuvo un presupuesto total de unos 176 millones de euros (unos 188 millones de dólares) el año pasado, en comparación con más de 200 millones de euros de la agencia policial de la Unión Europea, Europol, y unos 11.000 millones de dólares del FBI en Estados Unidos.