Los sindicatos de transporte de Bolivia iniciaron un paro nacional para protestar por la escasez de combustible, ya que los suministros de diésel enviados desde Rusia no llegan y aumenta la presión sobre el gobierno del presidente Luis Arce para que aborde la tensión en las importaciones.
Las protestas incluyen bloqueos de carreteras en puntos específicos en todo el país, además del cierre de fronteras, dijo a los periodistas Héctor Mercado, presidente del grupo industrial de la Cámara Boliviana de Transporte.
Los autobuses, camiones y otros vehículos medianos comenzaron a bloquear las carreteras principales en la capital, La Paz, así como una carretera central que conecta Cochabamba con Santa Cruz, según informes locales. Las salidas de las principales terminales de autobuses también fueron suspendidas.
Arce dijo en las redes sociales que ha formado un “Comité Interministerial para abordar la situación actual”.
La huelga estaba programada originalmente para el 1 de agosto, pero los líderes de la industria del transporte pesado adelantaron la fecha y dieron al gobierno un período de 72 horas para brindar soluciones inmediatas a los problemas de suministro de combustible. Mercado dijo que la huelga planeada era indefinida.
Bolivia importa la mitad de la gasolina necesaria para satisfacer la demanda interna, que cuesta unos 800 millones de dólares anuales, y hasta el 80% de los suministros de diésel, principalmente de otros países sudamericanos.
El presidente Arce enfrentó un intento de golpe de Estado en junio y ha luchado para manejar una escasez de dólares estadounidenses que ha tensado la economía productora de gas y limitado las importaciones de combustible.
Arce dijo que abordaría la escasez con suministros de Rusia que aún no habían llegado a Bolivia, un país sin salida al mar, debido a las condiciones climáticas adversas en el puerto chileno de Arica, que recibe carga boliviana.
Un portavoz del gobierno dijo que los suministros rusos estaban en camino, luego de informes generalizados de clientes que soportaban largas esperas para la gasolina y el diésel.