Los seguidores de la estrella del pop Adele quedaron encantados con los primeros dos shows de una serie de 10 conciertos en la ciudad alemana en un estadio construido especialmente para la artista británica, incluida una fiesta popular contigua.
La cantante de 36 años, mandó construir su propio estadio pop-up en la capital bávara. Totalmente a su medida y completamente en blanco y negro en el look Adele.
El estadio tiene capacidad para 73 mil personas y una forma de anfiteatro para garantizar la mejor vista posible desde todos los asientos. Está dominado por un muro de LED de 220 metros de largo y 17 metros de alto, el mayor del mundo según los organizadores. Una pasarela larga y otra circular acercan a Adele cantando Rolling in the Deep, Hello y Easy on me a sus fans.
A pesar del precio de las entradas, que en algunos casos supera los 400 euros (436 dólares), los seguidores de la ganadora de un Oscar, un Globo de Oro y un Grammy respondieron a su llamada y viajaron a Múnich desde todos los rincones del mundo: desde Suecia y Sudáfrica hasta California y Chile. Pero Adele no solo sorprendió con los conciertos, afuera del estadio, se creó el Mundo de Adele, un lugar que invitaba a los visitantes a pasar el rato, antes o después del concierto, el lugar colocaron una noria y un carrusel, además de cerveza gratis acompañada de una banda de música.
La ciudad de Múnich, espera que la serie de conciertos le depare una lluvia de dinero. Los espectáculos de Adele aportarán a la región más de 500 millones de euros, gracias a los ingresos por restauración, hoteles y también por el alquiler del recinto ferial.
Adele World también presenta elementos británicos, a menudo con referencias a la carrera de Adele y sus preferencias. Hay una típica cabina telefónica roja, que también aparece en un vídeo de Adele, y una réplica del pub donde la cantante actuó por primera vez. También se sirven sus bebidas favoritas.
Según los organizadores, Adele participó personalmente en muchos de los detalles. Por ejemplo, para ella era importante que una de las góndolas de la noria fuera accesible para usuarios de sillas de ruedas.