El canal de Panamá enfrenta, 110 años después de su inauguración, la amenaza de quedarse sin agua por efecto del cambio climático, en medio de conflictos internacionales y la competencia de otras rutas comerciales.
La vía panameña, que funciona con agua dulce, cumplió su aniversario mientras se recupera de una sequía que, a fines de 2023, obligó a reducir de 38 a 22 el número diario de buques que transitan el canal.
Las autoridades proyectan construir un embalse en un río cercano para dotar de más agua al canal, pero más de 2 mil personas tendrían que ser reubicadas. La misma cuenca abastece de agua potable a la mitad de los cuatro millones de panameños.
Y es que de acuerdo con las autoridades panameñas, el canal, el cual es un paso que conecta dos océanos, se encuentra viviendo en la actualidad los estragos del cambio climático.
Al respecto, se ha proyectado una posible solución, la cual ha despertado diversas críticas pues afectaría a más de 2 mil personas.
Cabe recordar que durante 2023, y a consecuencias de los niveles pobres de agua que se encontraban en el canal, se tomó la decisión de disminuir el número de barcos que cruzaban la zona.
Esto, pues de manera normal lo podían atravesar al menos 38 buques, mientras que hoy en día solo se pueden permitir hasta 22 por día, pese a que en 2016 se llevó a cabo una ampliación de este sistema.
Incluso, durante las lluvias de mayo se preveía una recuperación al 100% para el canal, pero esto no ocurrió y solo se lograron recuperar el paso de barcos hasta 30 o 32 por día.
Las autoridades de Panamá han señalado que, ante la falta de lluvias que logren alimentar al Canal, se ha propuesto una solución para salvarlo, aunque esta ha resultado bastante polémica.
Y es que se planteó la posibilidad de construir un cause directo en un río cercano, con la intención de que de esta manera pueda llegar de manera más directa el agua.
Sin embargo, esta decisión afectaría a casi más de 2 mil habitantes de zonas cercanas, pues tendrían que ser ubicadas por las autoridades.
Esta situación ha despertado el malestar de los panameños, pues el río que se utilizaría también forma parte del sistema que alimenta a más de la mitad de los ciudadanos del país.