Una presa en el estado oriental del Mar Rojo de Sudán se derrumbó y provocó inundaciones en las casas cercanas, matando al menos a cuatro personas, según informó el Ministerio de Salud del país. Los medios de comunicación indicaron que decenas de personas estaban desaparecidas.
En un comunicado emitido el ministerio dijo que la presa de Arbaat se había derrumbado y que se habían desplegado recursos en la zona para ayudar a las personas que habían quedado atrapadas.
El comunicado decía que al menos cuatro personas habían muerto en las aguas de la inundación, pero no daba una estimación de cuántas estaban desaparecidas.
Sin embargo, un funcionario local dijo al sitio de noticias sudanés Al-Tagheer que creía que había al menos 60 muertos. Amr Eissa Taher, el principal funcionario de recursos hídricos del estado del Mar Rojo, dijo que los daños eran extensos.
El medio de comunicación sudanés Medameek, citando a la fuerza aérea del país, informó de que más de 100 personas estaban desaparecidas y de que muchos otros aldeanos habían subido a las cimas rocosas de las colinas para evitar la crecida de las aguas. La presa, situada en una zona remota a 40 kilómetros al norte de Puerto Sudán, suministraba agua potable a la ciudad del Mar Rojo.
Muchos de los principales funcionarios y civiles del país han huido a Puerto Sudán desde la capital, Jartum, desde que estalló un brutal conflicto en el país en abril de 2023. La guerra, que enfrenta al ejército del país con las Fuerzas de Apoyo Rápido paramilitares, ha sumido a Sudán en una crisis humanitaria.
El general de mayor rango del ejército viajó a la provincia del Mar Rojo. En un vídeo publicado por el ejército en las redes sociales, el general Abdel-Fattah Burhan caminó por llanuras fangosas junto a valles llenos de aguas inundadas y se reunió con los socorristas.
La guerra ha destrozado la infraestructura civil y un sistema de atención sanitaria ya de por sí maltrecho. Ha matado a miles de personas y ha empujado a muchas a la inanición, y ya se ha confirmado la hambruna en un extenso campamento para desplazados en la devastada región norte de Darfur.
Más de 10,7 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares desde que comenzaron los combates, según la Organización Internacional para las Migraciones. Más de dos millones de ellos han huido a países vecinos.
Más recientemente, un brote de cólera, alimentado por las inundaciones y las malas instalaciones sanitarias, ha matado al menos a dos docenas de personas. En el mes transcurrido desde que se informaron los primeros casos sospechosos de cólera, se han notificado más de 650 casos y 28 muertes en cinco estados, dijo el viernes la Organización Mundial de la Salud.