Google perdió en su último intento de revocar una sanción antimonopolio de la Unión Europea, después de que el máximo tribunal del bloque fallara en su contra el martes en un caso que implicó una enorme multa y ayudó a impulsar una era de escrutinio cada vez más intenso para las grandes empresas tecnológicas.
El máximo tribunal de la Unión Europea rechazó la apelación de Google contra la sanción de 2.400 millones de euros (2.700 millones de dólares) de la Comisión Europea, el principal organismo de control antimonopolio del bloque de 27 naciones, por violar las normas antimonopolio con su servicio de comparación de compras.
Apple también perdió su impugnación contra una orden de devolver 13.000 millones de euros (14.340 millones de dólares) en impuestos atrasados a Irlanda, después de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea emitiera una decisión separada a favor de la comisión en un caso que apuntaba a la ayuda estatal ilegal para corporaciones globales.
Ambas compañías han agotado ahora sus apelaciones en los casos que datan de la década anterior. En conjunto, las decisiones judiciales son una victoria para la comisaria europea Margrethe Vestager, que se espera que renuncie el mes que viene tras 10 años como máxima responsable de la supervisión de la competencia en la comisión.
Los expertos afirman que las sentencias ilustran cómo los organismos de control se han envalentonado en los años transcurridos desde que se abrieron los casos por primera vez.
La sentencia de Google refleja la creciente confianza con la que los reguladores de la competencia de todo el mundo están abordando los excesos percibidos de las grandes tecnológicas, dijo Gareth Mills, socio del bufete de abogados Charles Russell Speechlys. La voluntad del tribunal de respaldar la lógica jurídica y el nivel de la multa sin duda envalentonará aún más a los reguladores de la competencia.
La multa por compras fue una de las tres enormes sanciones antimonopolio impuestas a Google por la comisión, que castigó al gigante de Silicon Valley en 2017 por dirigir injustamente a los visitantes a su propio servicio Google Shopping en lugar de a los competidores.
La compañía dijo que realizó cambios para cumplir con la decisión de la comisión que le exige tratar a los competidores por igual. Comenzó a realizar subastas de listados de búsqueda de compras por los que pujaría junto con otros servicios de compras comparativas.
El grupo europeo de consumidores BEUC elogió la decisión del tribunal y dijo que muestra cómo la ley de competencia del bloque sigue siendo muy relevante en los mercados digitales.
Google también enfrenta ahora la presión sobre su lucrativo negocio de publicidad digital de la UE y Gran Bretaña, que están llevando a cabo investigaciones separadas, y de Estados Unidos, donde el Departamento de Justicia está llevando a la compañía a un tribunal federal por su presunto dominio en tecnología publicitaria.
Apple fracasó en su último intento de evitar pagar sus impuestos irlandeses el martes después de que el Tribunal de Justicia confirmara un fallo de un tribunal inferior contra la compañía, en la disputa que se remonta a 2016.