Se estima que 180.000 motociclistas se reunieron en el santuario de Nuestra Señora de Fátima, en el centro de Portugal, para la novena peregrinación anual de la Bendición de los Cascos.
Carlos Cabecinhas, rector del Santuario de Fátima, dijo que el evento ha ganado importancia de manera constante, reconocido por su cordialidad y sus muestras de devoción. La participación de este año fue la más grande de la historia.
Bajo el lema “¡Somos moldeados y guiados por lo que amamos!”, la peregrinación comenzó con el desfile de un grupo de motociclistas que llevaban la estatua de Nuestra Señora de Fátima junto a la Basílica de la Santísima Trinidad, seguido de una misa durante la cual se bendijeron los cascos de los motociclistas.
La peregrinación está organizada por la Asociación de Bendición de Cascos y por numerosos clubes de motociclistas nacionales e internacionales. Varias fuerzas policiales se unen y apoyan el evento.
“Muchos de estos motociclistas vienen a pedir la protección de Dios a través de Nuestra Señora para sus viajes”, dijo Cabecinhas. “Pero también vienen a recordar a los que ya se fueron, a los que ya murieron, muchos de ellos en accidentes, y a los que están heridos, a los que necesitan ayuda”.
La peregrinación más importante al santuario de Fátima tiene lugar el 13 de mayo de cada año, celebrando la fecha en la que, según los creyentes católicos, María, la madre de Jesús, se apareció a tres niños pastores en 1917.
El Papa Francisco canonizó a dos de los niños el 13 de mayo de 2017, durante el centenario de esa aparición. La tercera niña, que se convirtió en monja conocida como Sor Lucía, es el foco de un procedimiento dirigido por el Vaticano que también podría conducir a su canonización.