Varios grupos que apoyan el uso de la llamada cápsula suicida afirmaron el pasado fin de semana que han suspendido el proceso de aceptación de solicitudes para usarla, sumando más de 370 el mes pasado, mientras se completa una investigación penal sobre su primer uso en Suiza.
Florian Willet, el presidente de The Last Resort, con sede en Suiza, se encuentra en prisión preventiva, dijeron el grupo y Exit International, una filial fundada en Australia hace más de un cuarto de siglo.
La policía suiza lo arrestó junto a otras personas más tras la polémica muerte de una mujer estadunidense de 64 años, cuyo nombre no se dio a conocer, que el 23 de septiembre se convirtió en la primera persona en usar el dispositivo, conocido como “Sarco”, en un bosque en la región norteña de Schaffhausen, cerca de la frontera con Alemania.
Los otros detenidos inicialmente fueron liberados, dijeron las autoridades. Suiza tiene algunas de las leyes más permisivas del mundo en lo que respecta al suicidio asistido, aunque el primer uso del “Sarco” ha provocado un debate entre los legisladores.
Las leyes del rico país alpino permiten el suicidio asistido siempre y cuando la persona se quite la vida sin ayuda externa y aquellos ayuden a la persona a morir no lo hagan por ningún motivo egoísta.
Se ha dicho que al menos 371 personas estaban en proceso de solicitud para usar el “Sarco” en Suiza hasta el 23 de septiembre y que las solicitudes fueron suspendidas después de su primer uso.
La cápsula “Sarco” está diseñada para permitir que la persona se acomode en un asiento reclinable en el interior y presione un botón que inyecta gas nitrógeno en la cámara sellada, lo que permite que la persona se duerma y muera por asfixia en unos minutos.
Exit International ha dicho que Willet fue la única persona presente durante la muerte de la mujer, y describió su deceso como pacífico, rápido y digno. Esas afirmaciones no pudieron ser verificadas de forma independiente.