El Ejército de Corea del Sur informó que las autoridades del país detonaron las carreteras que conectan ambos países, esto ocurrió después de que Pyongyang anunciara el cierre permanente de su frontera común al entender que son símbolos de la cooperación intercoreana.
La línea de Gyeongui y la línea Donghae, además de la Línea de Demarcación Militar fueron detonadas al mediodía, según un comunicado del Estado Mayor de Corea del Sur; además que se han reforzado la vigilancia de las zonas fronterizas en el país del norte.
La destrucción de esta infraestructura supone una pérdida de 176.800 millones de wones (120 millones de euros) de impuestos surcoreanos invertidos en ellas.
En respuesta, Seúl ha disparado hacia el sur de la línea de demarcación militar, que separa ambas partes de la Zona Desmilitarizada.
Ambos países siguen conectados por carreteras y ferrocariles a través de la línea Gyeongui, los cúales conectan la ciudad fronteriza surcoreana de Paju con la norcoreana Kaesong, y la línea Donghae, a lo largo de la costa este de la península.
Con estas medias se sigue incrementando las tensiones, que ya estaban muy molestas por los lanzamientos de cientos de globos con propaganda y basura contra sus respectivos territorios.
Seúl reanudó además en junio las retransmisiones de propaganda mediante altavoces en la frontera por primera vez en seis años, así como sus maniobras con fuego real cerca de la frontera, al tiempo que ha llevado a cabo diversas maniobras militares conjuntas con Estados Unidos.
Las autoridades norcoreanas han incrementado sus lanzamientos de misiles balísticos y otros proyectiles, en lo que describen como una advertencia ante las acciones de Seúl.
Ambos países siguen técnicamente en guerra debido a que la Guerra de Corea (1950-1953) no finalizó con un acuerdo de paz, sino con un armisticio, sin que las partes hayan logrado concretar hasta el momento un pacto para poner fin oficialmente a las hostilidades.