La presidenta europeísta de Moldavia, Maia Sandu, afirmó que su campo ganó honestamente un combate injusto tras un referéndum para blindar el proceso de adhesión a la Unión Europea en la Constitución, marcado por supuestas injerencias rusas.
La exrepública soviética aprobó por un 50.08% blindar constitucionalmente el proceso de adhesión a la Unión Europea. La consulta se produjo en un contexto geopolítico tenso, en un país que comparte fronteras con Rumania y Ucrania, confrontada a una invasión rusa desde 2022.
La presidenta, de 52 años, denunció injerencias sórdidas durante la votación y dijo que su bando ganó honestamente un combate injusto, en una velada referencia a Rusia.
Durante el recuento de votos, el no dominó durante mucho tiempo. Pero las boletas de la diáspora cambiaron el resultado final.
“Grupos criminales, que actúan de común acuerdo con fuerzas extranjeras hostiles a nuestros intereses nacionales, atacaron a nuestro país a golpe de decenas de millones de euros, mentiras y propagandas”, dijo la presidenta Sandu a través de Facebook.
La Comisión Europea, que siguió estas votaciones de cerca, afirmó que se celebraron en medio de una interferencia sin precedentes de parte de Rusia.
Moldavia, de 2.6 millones de habitantes, cuenta con una región separatista prorrusa en el sureste de su territorio, llamada Transnistria y que alberga una guarnición de soldados rusos.
Sandu, que dio la espalda a Moscú tras la invasión rusa de Ucrania, llevó la candidatura de su país a Bruselas, sede del ejecutivo europeo. La mandataria convocó el referéndum para validar su estrategia, pero su apuesta se topó con un muro.
La presidenta moldava se convirtió en 2020 en la primera mujer en ocupar uno de los más altos cargos del país. En solo cuatro años, esta antigua economista del Banco Mundial con fama de incorruptible se volvió una figura europea de primer orden.