El presidente Vladimir Putin inició un nuevo ejercicio de las fuerzas nucleares rusas en un momento crítico de la guerra de Ucrania, el segundo simulacro de este tipo que Moscú realiza en dos semanas.
La guerra, que dura ya dos años y medio, está entrando en su fase más peligrosa, según las autoridades rusas, mientras sus fuerzas avanzan en el este de Ucrania y Occidente estudia cómo apuntalar a su aliado.
Rusia lleva semanas señalando a Occidente que Moscú responderá si Estados Unidos y sus aliados ayudan a Ucrania a disparar misiles de mayor alcance hacia el interior de Rusia, mientras que la OTAN afirma que Corea del Norte ha enviado tropas al oeste de Rusia.
“Desplegaremos las acciones de los funcionarios para el control del uso de armas nucleares con lanzamientos prácticos de misiles balísticos y de crucero”, dijo Putin en un video en que anuncia el simulacro.
En el vídeo difundido por el Kremlin, Putin dijo que el uso de armas nucleares sería una “medida extremadamente excepcional”, pero que es necesario mantenerlas preparadas para su uso.
“Seguiremos mejorando todos sus componentes. Los recursos para ello están disponibles. Subrayo que no vamos a involucrarnos en una nueva carrera armamentística, sino que mantendremos las fuerzas nucleares en el nivel de suficiencia necesario”, dijo.
El simulacro sigue a otro realizado el 18 de octubre en la región de Tver, al noroeste de Moscú, en el que participó una unidad equipada con misiles balísticos intercontinentales Yars, capaces de alcanzar ciudades estadounidenses.
Putin, máximo responsable de la toma de decisiones en Rusia, aprobó el mes pasado cambios en la doctrina nuclear oficial, que establece las condiciones en las que Rusia podría considerar el uso de este tipo de armas.
Según los cambios, Rusia consideraría cualquier asalto contra ella apoyado por una potencia nuclear como un ataque conjunto, en una clara advertencia a Estados Unidos para que no ayude a Ucrania a atacar en profundidad a Rusia con armas convencionales.