La policía italiana cerró una fábrica que confeccionaba ropa para marcas de lujo gestionada por ciudadanos chinos que explotaban a sus trabajadores, algunos de ellos sin permiso de residencia, en la localidad de Samarate, cerca de Milán (norte), informó este lunes la Guardia de Finanzas.
La nave incautada no cumplía con las normas higiénico, sanitarias, ni con las de prevención de incendios y contaba con dormitorios ilegales para alojar a sus trabajadores.
La empresa, que operaba desde hace tres meses, confeccionaba prendas para firmas de moda de lujo por 8 euros y luego eran vendidas al por menor por 400, según el comunicado de la Guardia de Finanzas, que no cita las marcas.
Durante la intervención, la policía ha identificado a 12 ciudadanos chinos que no tenían permiso de residencia, que no entendían italiano y que trabajaban de forma ilegal, y también se encontraron a varios menores alojados en la fábrica que fueron acogidos por los servicios sociales del ayuntamiento de Samarate.
El titular de la empresa, un ciudadano chino de 52 años, está acusado de delitos de tráfico, explotación y acogida de mano de obra clandestina, así como de violar la normativa en materia de salud y seguridad en el trabajo.
El propietario de la nave alquilada, un italiano de 43 años, también ha sido denunciado por construcción ilegal debido a la presencia de dormitorios no declarados.