Costa Rica otorgó su máximo honor diplomático al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, por su éxito en la reducción de los niveles de violencia durante una campaña de más de dos años contra las poderosas pandillas callejeras.
El presidente Rodrigo Chaves elogió los esfuerzos de Bukele mientras su propio país sigue luchando con cifras históricamente altas de homicidios. Sin embargo, el reconocimiento de Bukele generó controversia en Costa Rica, conocida desde hace tiempo como la democracia más estable de Centroamérica.
El éxito de Bukele en el combate a la violencia se debe en parte a la suspensión de una serie de derechos constitucionales que dejan de lado el debido proceso y dan a las fuerzas de seguridad y a los fiscales un poder mucho mayor para perseguir a los sospechosos. A pesar de eso, los votantes recompensaron a Bukele con un segundo mandato sin precedentes a principios de este año y mantiene niveles estratosféricos de aprobación.
A diferencia de Bukele, Chaves no tiene una mayoría en el Congreso y no ha reestructurado los tribunales de Costa Rica para eliminar a la oposición. Chaves ha hablado medio en broma sobre dejar la presidencia para postularse al congreso y luego intentar la presidencia nuevamente. Costa Rica no permite la reelección presidencial consecutiva.
El país, aplaudido durante mucho tiempo por una sólida industria del ecoturismo, la conservación del medio ambiente y una relativa paz, se ha visto asolado por la violencia en los últimos años, en gran parte atribuida al narcotráfico. Costa Rica se ha convertido en una parada clave para las exportaciones de cocaína a Europa y Estados Unidos.
“El rescate de El Salvador de esas garras nefastas también está ayudando a la paz en nuestra región”, dijo Chaves después de entregarle a Bukele la Orden Nacional de Juan Mora Fernández, llamada así en honor al primer presidente del país.
“La lucha contra el crimen organizado en cualquier parte de Centroamérica es bienvenida. Hay que reducir el alcance, la influencia y el mal ejemplo de las pandillas”.
El presidente Bukele también entiende lo que he dicho mil veces en este país, que para que la democracia valga la pena tiene que dar resultados a la sociedad, no ser reemplazada por otro sistema político que los costarricenses no queremos ver.
Bukele abordó las críticas a sus métodos como lo ha hecho antes. Dijo que primero se debe proteger el derecho a la vida abordando la violencia antes de poder garantizar otros derechos.