El presidente ruso, Vladímir Putin, prohibió por ley la adopción de niños rusos a ciudadanos procedentes de países donde está permitido el cambio de sexo.
En virtud de la ley promulgada por Putin, se impedirá adoptar a los ciudadanos de países que permiten el cambio de sexo a través de tratamiento médico, incluya o no una operación quirúrgica, o del cambio del género en los documentos de identidad.
“Tenemos que proteger a los pequeños que no pueden protegerse a sí mismos”, dijo el presidente de la Duma o cámara de diputados rusos, Viacheslav Volodin, cuando los parlamentarios aprobaron la ley que “tiene como objetivo excluir cualquier posibilidad de adopción de niños rusos por parte de representantes de las comunidades LGBT”.
Volodin mencionó a doce países, entre ellos Italia y España, que en su momento lideraron el número de adopciones de niños rusos, pero también Alemania, Bélgica o Suiza, por permitir el cambio de sexo entre los menores de edad, política que tachó de funesta.
“Un extranjero que ha adoptado a un niño ruso puede, después de regresar al territorio de su país, cambiar el sexo, pero lo peor es que puede cambiarlo también al niño adoptado”, aseveró.
Fue en septiembre pasado, cuando la vicepresidenta de la Duma, Anna Kuznetsova, reveló que las adopciones por parte de extranjeros habían cesado por completo después de adoptar más de 100,000 menores rusos durante los anteriores 30 años.
Las autoridades rusas comenzaron a endurecer en 2011 los requisitos de adopción para los países que habían legalizado el matrimonio homosexual y a los que obligaron a firmar convenios bilaterales.
Putin firmó una ley que prohíbe la difusión de ideas que promuevan una “vida sin hijos” por Internet, medios de comunicación, el cine o la publicidad.
En virtud de esta ley, cualquier persona u organismo hallado culpable de este delito se enfrentaría a una sanción administrativa de entre 200.000 y un millón de rublos (38,300 y 195,960 pesos mexicanos).
El presidente de la Duma Estatal, la cámara baja de la Asamblea Federal rusa, Viacheslav Volodin, quiso matizar inmediatamente después de la firma que la nueva legislación “en modo alguno va dirigida contra la decisión de una mujer de no dar a luz” sino que va destinada a “proteger a la nueva generación de tendencias destructivas”.
Según Volodin, hay que hacer todo lo posible para garantizar que las nuevas generaciones de ciudadanos “crezcan centradas en los valores familiares tradicionales”, de acuerdo con sus declaraciones, recogidas por la agencia de noticias rusa TASS.
Según datos de la agencia DPA, la tasa de natalidad en Rusia cayó a niveles mínimos de los últimos 25 años en el primer semestre de 2024. La crisis demográfica se ha visto recientemente exacerbada por la guerra en Ucrania, que aparentemente ha llevado a muchas personas en Rusia a posponer sus planes de tener familias.
La población de Rusia ha ido cayendo constantemente en los últimos años. Si en 1990 vivían en Rusia casi 149 millones de personas, ahora la cifra es de poco menos de 144 millones. Según cálculos de los estadísticos, esta cifra podría reducirse a entre 133 y 136 millones en 2050.