El gobierno de Haití prometió detener a los pandilleros que, según un balance de la ONU, mataron a al menos 184 personas durante el fin de semana en un barrio de Puerto Príncipe.
“Este acto de barbarie, de una crueldad insoportable, le costó la vida a más de un centenar de mujeres y de hombres, sobre todo ancianos indefensos”, aseguró el gobierno en un comunicado publicado en la red social X.
Según wl Comité por la Paz y el Desarrollo (CPD) de Haití, un poderoso líder pandillero, Micanord, mandó ejecutar esos asesinatos al estar convencido de que varios habitantes habían provocado la enfermedad de su hijo practicando ritos vudús.
Los pandilleros también mataron a chóferes de mototaxis que intentaban huir de la zona con habitantes. Según Pierre, el balance de víctimas de las autoridades es incompleto porque los grupos criminales impiden el acceso a Cité Soleil, situado en el oeste de la capital haitiana.
Pero el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, cifró en al menos 184 las víctimas de la masacre.
“Estos últimos fallecidos llevan el balance de muertos en Haití este año al número descomunal de 5,000 personas”, añadió el funcionario de Naciones Unidas durante una rueda de prensa en Ginebra en alusión a las víctimas de la violencia pandillera.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó los hechos aterradores ocurridos durante el fin de semana en Puerto Príncipe y pidió a las autoridades que lleven a los responsables ante la justicia, según su portavoz.
Haití sufre desde hace décadas una inestabilidad política crónica y una crisis de seguridad vinculada a la presencia de pandillas acusadas de asesinatos, secuestros y violencia sexual contra la población.
En la red social X, Sean Savett, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, pidió a la comunidad internacional que se una a Estados Unidos para aportar “una asistencia inmediata en materia de seguridad” a esa misión internacional.
Según el CPD, la mayoría de las personas asesinadas el viernes y el sábado tenían más de 60 años, pero entre las víctimas también había jóvenes que intentaron intervenir. La incesante violencia ha desplazado a más de 700,000 personas, la mitad de ellas niños, en todo el país, según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) correspondientes a octubre.
De origen africano y pilar de la cultura del país, el vudú llegó a Haití con los esclavos. Prohibido durante la ocupación colonial francesa hasta la independencia del país en 1804, el gobierno no lo reconoció como religión oficial hasta 2003.