Los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, conocidos como “Los Chapitos”, buscan contrarrestar las medidas de las autoridades y su lucha contra el gobierno mexicano.
Por lo cual se dice que están llevando a cabo una reubicación estratégica de sus laboratorios de fentanilo, una de las drogas sintéticas más letales del mercado.
Esta medida ha permitido al Cártel de Sinaloa mantener su dominio sobre el tráfico de fentanilo, mientras dispersan sus operaciones para reducir el riesgo de ser detectados y desmantelados.
El periodista Luis Chaparro mencionó que al menos, más del 90% de los laboratorios de fentanilo han sido trasladados fuera de Sinaloa, especialmente de su capital, Culiacán, sorprendiendo a las autoridades y a los analistas del crimen organizado.
Monterrey, en el norte de México, se ha consolidado como uno de los nuevos centros neurálgicos de la producción de fentanilo, aprovechando su proximidad a las rutas de tráfico hacia los Estados Unidos.
Además “Los Chapitos” buscan extender sus operaciones hacia otros países, destacando el papel de Colombia y Canadá en este panorama.
En Colombia, los laboratorios clandestinos se han infiltrado en regiones clave para la producción de precursores químicos, mientras que en Canadá, especialmente en la costa oeste, el Cártel ha logrado establecer redes de distribución con la colaboración de narcotraficantes asiáticos, principalmente de China y Vietnam.
El caso de Canadá es particularmente interesante, este país ha demostrado ser un terreno fértil para el narcotráfico mexicano. Según la periodista Katarina Szulc, quien ha investigado la presencia del Cártel de Sinaloa en Canadá, los Chapitos han estado operando en el país desde hace al menos cinco años. La proximidad de Canadá a los Estados Unidos, la creciente demanda interna de fentanilo y la relativa laxitud en la supervisión de estas actividades han facilitado su incursión.
La expansión de los laboratorios a estos países responde no solo a la necesidad de seguir abasteciendo el creciente mercado de fentanilo, sino también a una estrategia de dispersión para reducir las pérdidas en caso de decomisos.
Al reubicar sus instalaciones en diversos puntos geográficos, Los Chapitos logran diluir los riesgos operativos y financieros de su red, evitando que una sola redada o decomiso afecte a toda la infraestructura.
Algunas de las tácticas utilizadas por los Chapitos, Luis Chaparro reveló un cambio importante en la producción del fentanilo: el traslado de los laboratorios de grandes dimensiones a espacios más pequeños y menos sofisticados.
En lugar de las grandes cocinas ubicadas en zonas rurales o en ranchos aislados, ahora los laboratorios operan en vecindarios urbanos de clase media y alta. Esta estrategia les permite camuflarse entre la vida diaria de la ciudad, lo que dificulta la detección por parte de las autoridades.