El presidente electo, Donald Trump -quien asumirá el poder en poco más de una semana, ha amenazado con imponer aranceles del 25% a todos los productos importados de México si México no detiene la llegada de migrantes y el tráfico de drogas.
Estas amenazas preocupan a los comerciantes, pero advierte que los principales afectados serán los consumidores estadounidenses.
Estados Unidos depende en gran medida de las importaciones para suplir su demanda de productos naturales. Más de la mitad de las frutas y un 40% de todos los vegetales frescos que consumen los estadounidenses proviene de fuera, de acuerdo con estimaciones de la Universidad de California en Davis (UC Davis).
El principal proveedor de estos alimentos es México y en 2022, Estados Unidos gastó más de 42,100 millones de dólares en la importación de productos como aguacates, tomates, mangos y limones desde el país vecino.
Alrededor de un 55% de estas importaciones entra al país por la frontera con Texas y a la terminal de abastos de McAllen llegan unos 200 camiones cada día.
El alcalde de McAllen, Javier Villalobos, reconoce la preocupación entre los empresarios de su ciudad, pero es cauto a la hora de evaluar el impacto que los aranceles podrían tener.
“Muchas veces se usan como una ficha de negociación y aún no sabemos si todos están hablando en serio sobre lo que quieren hacer”, aseguró Villalobos, el primer republicano en ser elegido para gobernar donde la mayoría de habitantes son latinos.
“Sabemos la importancia (de la ciudad) en el transporte de mercancías, pero no sabemos aún cómo o qué tipo de productos” se verían afectados, agregó.
Frente a los amagos de Trump, quien toma posesión el próximo 20 de enero, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha adelantado, que responderá con “otro arancel”, augurando una guerra comercial.
Más allá de la amenaza, Trump no ha detallado qué políticas específicas le gustaría que México tomara para gestionar la migración.
El Gobierno del antecesor de Sheinbaum, Andrés Manuel López Obrador, colaboró estrechamente con la Administración de Biden para interrumpir el paso de los migrantes que atraviesan su país en ruta hacia Estados Unidos.
Las acciones de México fueron celebradas por el Gobierno demócrata a tal punto que funcionarios de alto rango, incluyendo el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, las atribuyeron como esenciales para disminuir los cruces irregulares en la frontera a bajos no vistos desde 2020.
Trump se aupó en la presidencia con un mensaje fuertemente centrado en el ataque hacia las políticas migratorias de Biden, acusándolo de promover una “invasión” a Estados Unidos y lanzando mensajes xenofóbos en contra de los recién llegados.