La NASA anunció este martes que está colaborando con la empresa estadounidense Advanced Thermal Batteries (ATB) en el desarrollo de un nuevo sistema de baterías térmicas que sea capaz de funcionar por más tiempo en las extremas condiciones ambientales de Venus, lo que permitiría ampliar la vida operativa de las futuras misiones que explorarán la superficie del ‘gemelo malvado’ de nuestro planeta.
Venus presenta algunas similitudes con la Tierra en cuanto a tamaño, masa y composición. Sin embargo, los dos planetas son totalmente diferentes en cuestiones térmicas y atmosféricas, puesto que la temperatura promedio en la superficie venusiana es de alrededor de 465 grados centígrados, mientras que la presión superficial puede alcanzar hasta los 92 bares.
Asimismo, se tiene evidencia de que su atmósfera es altamente corrosiva, debido a que está compuesta principalmente de ácido sulfúrico, lo que afecta considerablemente a muchos materiales que se utilizan en la fabricación de naves espaciales, como el cobre.
Este entorno hostil ha obstaculizado en gran medida la exploración ‘in situ’ de Venus, ya que las misiones espaciales que han aterrizado exitosamente en nuestro planeta vecino, como las sondas soviéticas Venera 13 y 14 (1982), solo pudieron operar durante aproximadamente dos horas. En ese lapso de tiempo, ambos dispositivos enviaron las primeras imágenes a color desde la superficie del segundo planeta más cercano al Sol.
Los científicos se encuentran ante un gran desafío a causa de las condiciones ambientales de Venus, por lo que deben encontrar materiales y enfoques ingenieriles que permitan prolongar la operación de los componentes, como las baterías, que integran tanto a los módulos de aterrizaje como a las sondas espaciales.
En un intento por solucionar esta situación, los especialistas de la NASA y ATB crearon la primera batería con la capacidad de funcionar a altas temperaturas durante un día solar venusiano, que equivale a 120 días terrestres. El dispositivo de almacenamiento energético está basado en la tecnología de los sistemas de baterías térmicas que se emplean comúnmente para propulsar los misiles inteligentes.
De acuerdo con la agencia espacial estadounidense, su nueva batería consta de 17 celdas individuales, y está hecha con materiales químicos y estructurales únicos. El invento formará parte del próximo módulo de aterrizaje de la NASA, llamado Explorador del Sistema Solar In Situ de Larga Duración (LLISSE, por sus siglas en inglés), cuyo objetivo es permanecer en la superficie de Venus durante 60 días venusianos.
Se espera que el LLISSE, que pesará alrededor de 10 kilógramos, recopile datos obtenidos de los sensores para medir vientos, la radiación, la temperatura, la presión y la abundancia de componentes químicos atmosféricos, los cuales finalmente serán transmitidos a un orbitador. Por su parte, ATB comunicó que mostrará un prototipo completo de su nuevo sistema de baterías térmicas en los próximos 18 meses.