El dictador de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, viajará el próximo martes a China para una visita de Estado que se prolongará hasta el 2 de marzo, informó hoy la agencia oficial bielorrusa BELTA.
En sus conversaciones con el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, el mandatario bielorruso abordará el desarrollo de las relaciones económico-comerciales bilaterales, proyectos de inversión, así como la “interacción en el ámbito político”.
Según BELTA, los dos líderes hablarán asimismo de los “retos más graves de la actual situación internacional”.
Bielorrusia es el principal apoyo de Rusia en su campaña militar en Ucrania, pero sus Fuerzas Armadas no participan directamente en el conflicto.
Este viernes los ministros de Exteriores de Bielorrusia y China, Serguéi Aleynik y Qin Gang, subrayaron en conversación telefónica su apoyo a una negociaciones de paz en Ucrania como la única vía para solucionar el conflicto entre Moscú y Kiev.
China presentó ayer un documento para una “solución política a la crisis en Ucrania”, que incluye entre sus doce puntos el respeto a la soberanía e integridad territorial de los países, un alto el fuego, conversaciones de paz, el cese de las “sanciones unilaterales”, pero no contempla específicamente la retirada de las tropas rusas del territorio ucraniano.
Varios de los 12 puntos esbozados por China en el documento emitido este viernes, de llevarse a cabo, ofrecerían claros beneficios al presidente ruso, Vladimir Putin.
Eso incluye un alto el fuego, que congelaría a las tropas rusas en territorio ucraniano, así como un llamado a poner fin de inmediato a todas las sanciones no respaldadas por el Consejo de Seguridad de la ONU, donde Rusia tiene poder de veto.
El asesor de Seguridad Nacional de EEUU, Jake Sullivan, en declaraciones a CNN, descartó la propuesta china y dijo que debería haber terminado después del primer punto, que exige “respetar la soberanía de todos los países”.
Cuando se le preguntó sobre la propuesta, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo: “China no tiene mucha credibilidad” a la luz de su fracaso en condenar la guerra de Putin.
Pero a los funcionarios estadounidenses y europeos les preocupa que la propuesta china pueda tener algo de tracción en el Sur global, que se ha resistido en gran medida a los llamados para unirse a las sanciones contra Rusia.
Desde el estallido de conflicto, que hoy ha entrado en su segundo año, Beijing ha evitado condenar a Rusia por su campaña militar en Ucrania y ha acusado a la OTAN y a Estados Unidos de estar detrás de él por “no tener en cuenta las legítimas preocupaciones de seguridad” de Moscú.