El joven royal padecía una rara enfermedad conocida como mutación POLG, una alteración en el gen POLG que causa enfermedades mitocondriales
Mediante un comunicado la familia gran ducal luxemburguesa anunció que se encuentra de luto; al dar a conocer el príncipe Roberto de Luxemburgo, primo de Enrique, el gran duque de Luxemburgo, la triste noticia del fallecimiento de su hijo, el príncipe Frederik de Nassau, a sus 24 años de edad, tras padecer una rara enfermedad.
El joven royal era un apasionado de la música, el cine, la televisión, la gastronomía, la naturaleza, los fósiles y minerales, la fotografía y el arte, y falleció el pasado 1 de marzo en París, Francia.
A pesar de haber pasado ya más de 10 días, este tipo de noticias no se dan al momento, por protocolos que tiene muy marcados la realeza en Europa.
El príncipe Frederik de Nassau padecía la mutación POLG, una alteración en el gen POLG que causa enfermedades mitocondriales. Las mitocondrias son estructuras celulares que convierten la energía de los alimentos en una forma utilizable por las células.
Entre los síntomas están la pérdida de audición, debilidad muscular, cambios en el equilibrio y la coordinación (ataxia), parkinsonismo y problemas nerviosos (neuropatía).
“Con gran pesar, mi esposa y yo queremos informarles del fallecimiento de nuestro hijo, el fundador y director creativo de la Fundación POLG, Frederik”.
El príncipe Roberto de Luxemburgo, contó que el pasado 28 de febrero, curiosamente el “Día de las enfermedades raras”, su hijo Frederik llamó a sus seres queridos a su habitación para hablar con él por última vez.
“Frederik encontró la fuerza y el coraje para despedirse de cada uno de nosotros: su hermano, Alexander; su hermana, Charlotte; yo; sus tres primos, Charly, Louis y Donall; su cuñado, Mansour; y, por último, su tía Charlotte y su tío Mark. Ya le había dicho todo lo que sentía en su corazón a su extraordinaria madre, que no se había separado de él en 15 años”.
En sus últimos momentos, el joven príncipe no perdió su sentido del humor. “Después de regalarnos a cada uno de nosotros nuestras despedidas (algunas amables, algunas sabias, algunas instructivas) al más puro estilo de Frederik, nos dejó colectivamente con una última broma familiar de larga data. Incluso en sus últimos momentos, su humor y su compasión sin límites lo obligaron a dejarnos con una última risa, para animarnos a todos”.
Roberto de Luxemburgo continuó: “la última pregunta que me hizo Frederik, antes de sus otros comentarios, fue: ‘papá, ¿estás orgulloso de mí?’. Apenas había podido hablar durante varios días, por lo que la claridad de estas palabras fue tan sorprendente como profunda la intensidad del momento. La respuesta fue muy fácil y la había escuchado muchísimas veces, pero en ese momento necesitaba la seguridad de que había contribuido con todo lo que podía en su corta y hermosa existencia y que ahora finalmente podía seguir adelante”.
Para Frederik de Nassau, fue “terriblemente trágico” enfrentarse a una enfermedad que lo alejaba de tener la misma adolescencia de sus amigos, y ver cómo poco a poco todo va cambiando.
Su padre destacó su personalidad, su capacidad de adaptación y la fuerza que le permite ver los problemas desde otras perspectivas.
A nombre de su familia, el príncipe Roberto de Luxemburgo expresó su profundo agradecimiento, por todos los mensajes de apoyo y amor que han recibido en estos difíciles momentos.