La Cámara de Representantes de Estados Unidos está preocupada por el “pacto con el diablo” que Argentina podría hacer con China. Así lo aseguró la congresista María Elvira Salazar, quien advirtió que la relación entre ambos países puede sufrir “consecuencias bíblicas”.
A una semana de que la representante por el distrito de Florida acusara al presidente Alberto Fernández y a la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner de estar en negociaciones para comprar aviones chinos, el embajador argentino en Washington, Jorge Argüello, señaló sus declaraciones como agravantes e inexactas.
Fue el pasado martes cuando la republicana acusó a Argentina de estar vendiendo su corazón “al diablo”, tras participar en una reunión del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos.
“Lo voy a decir en español para que quede muy claro a mis amigos argentinos. Su presidenta —haciendo alusión a Kirchner— y su presidente están haciendo un pacto con el diablo. Estados Unidos no se va a quedar con los brazos cruzados”, advirtió.
“No se puede tener un aliado que fabrique y exporte aviones militares chinos y que se los venda a los vecinos. Hay dos mundos, el mundo libre y el mundo de los esclavos; espero que los argentinos se queden en el mundo libre”, agregó.
Un día más tarde, Salazar reiteró que Kirchner quiere construir una fábrica de aviones de guerra chinos en el corazón de Argentina para exportar a otros países de Latinoamérica, y aseguró que la vicepresidenta ya tiene historial con la China comunista. “¡Nada bueno saldrá de estos negocios del kirchnerismo!”, escribió.
A raíz de ello, el embajador Argüello envió una carta a la legisladora afirmando que no hay ninguna infraestructura o presencia militar del gigante asiático en territorio argentino. El documento fue revisado por El Cronista y compartido por el mismo funcionario.
Señaló que las acusaciones respecto a la fabricación de aviones chinos son «un absurdo que jamás existió», y sentenció que Argentina posee una «larga tradición en el desarrollo científico y tecnológico de la observación espacial», por lo que no buscan hacer importaciones de este tipo.
Argüello también sentenció que las acusaciones de Salazar no contribuyen a una mejor relación o proximidad, pues son «referencias ofensivas e injuriosas» hacia un país que “es libre y soberano desde 1810”.