El domingo 16 de abril por la noche caerá el telón del espectáculo más longevo de la historia de Broadway. Después de 35 años, “El Fantasma de la Ópera” se despide del circuito teatral más famoso del planeta.
El exitoso musical de Andrew Lloyd Webber, estrenado en 1988, lleva casi 14.000 representaciones. Lo han visto más de 20 millones de espectadores y ha recaudado más de 1.300 millones de dólares.
El actor británico Michael Crawford fue el “Fantasma” original en las producciones de West End y Broadway, mientras que Sarah Brightman fue la primera en interpretar a la protagonista femenina Christine Daaé.
Basada en la novela francesa de 1910 Le Fantôme de l’Opéra, de Gaston Leroux, el romance gótico sigue a un misterioso y desfiguardo hombre que frecuenta la Ópera de París y se enamora de la joven soprano Christine Daaé.
Desde hace décadas, los fans -o “phans”, como se les conoce- acuden en masa a Broadway para asistir a las representaciones de canciones como “Masquerade”, “Angel of Music”, “All I Ask of You” y “The Music of the Night”.
“Tenía muchas ganas de escribir algo romántico en ese momento, después de haber hecho Evita y Cats y otras cosas, que no me permitían ir en esa dirección en absoluto”, recordó Lloyd Webber en 2013, con motivo del 25 aniversario del espectáculo en Broadway. Cuando leyó la novela de Gaston Leroux, encontró el vehículo y colaboró con Richard Stilgoe y Charles Hart en la adaptación, dirigida por Hal Prince.
“Creo que el Fantasma incomprendido es un gran símbolo para mucha gente”, dice Ben Crawford, que ahora tiene el honor de ser el último “Fantasma” que ha aparecido en el Majestic Theatre de Broadway. Como otros “Fantasmas” que le precedieron, mantiene una relación especial con los que han visitado el espectáculo una y otra vez.
El productor Cameron Mackintosh explica que “El Fantasma de la Ópera” estaba perdiendo dinero, incluso antes de la pandemia. Así que, el pasado septiembre, él y Andrew Lloyd Webber anunciaron una fecha final. “A la semana siguiente, éramos rentables por primera vez”, dijo Mackintosh en una entrevista telefónica desde Londres. “Así que, ya sabes, fue la decisión correcta en el momento adecuado.
Aunque el espectáculo final estaba previsto inicialmente para febrero, se retrasó a mediados de abril para satisfacer la demanda. Así, se despide con fuerza: ha vuelto a agotar las entradas.