Docentes iraníes realizaron protestas el martes ante las sospechosas intoxicaciones que sufrieron cientos de niñas. Las fuerzas de seguridad dispersaron varias manifestaciones mediante cañones hidrantes y gases lacrimógenos, dijeron activistas.
Videos y fotos divulgados en redes sociales muestran a los docentes manifestándose en Ahvaz, Isfahán, Karaj, Mashhad, Rasht, Sanandaj, Saqqez, Shiraz y otras ciudades.
Otros mostraron a la policía antimotines en las calles. Activistas que se identificaron como miembros del Consejo Coordinador de Sindicatos Docentes dijeron que la policía utilizó gas pimienta, cañones hidrantes y la fuerza para dispersar a los manifestantes en Mashhad, Rasht y Saqqez.
En tanto, los fiscales empezaron a presentar acusaciones criminales contra periodistas, activistas y otras personas debido a sus declaraciones sobre los incidentes no aclarados, que comenzaron en noviembre y escalaron en días recientes en los que decenas de escuelas presentaron denuncias.
Se trata de los primeros arrestos vinculados con los envenenamientos de alrededor de 5.000 alumnas de 230 centros educativos en 25 de las provincias iraníes, según los datos proporcionados hoy por el parlamentario Mohammad-Hassan Asafari, miembro de una comisión que investiga las intoxicaciones.
La oleada de envenenamientos comenzó hace tres meses, se ha multiplicado en los últimos días y ha obligado a hospitalizar a miles de alumnas, sin que se haya trascendido la muerte de estudiantes.
Las alumnas han sufrido síntomas como irritación de la garganta, dolores de cabeza, dificultades para respirar, debilidad, arritmias o la imposibilidad de mover las extremidades tras inhalar un supuesto gas.
La oleada de envenenamientos está alimentando el descontento popular, en especial entre los padres, ante la ineficacia de las autoridades a la hora de atajar unos ataques que parecen destinados a paralizar la educación de las estudiantes. Además, las autoridades judiciales han presentado cargos contra varios medios de comunicación del país como los diarios Shargh o Hammihan por “difundir rumores” sobre las intoxicaciones.
El anuncio de los arrestos de produce un día después de que el Ministerio de Sanidad hiciese público un informe que achacó a la “ansiedad” la gran mayoría de los presuntos casos de envenenamiento con gas.
El líder supremo de Irán, Ali Jameneí, calificó ayer de “crimen imperdonable” estos ataques y afirmó que si se prueba que son deliberados los culpables deben “recibir el castigo máximo”, que en Irán es la pena de muerte.
En Irán no se ha puesto en duda la educación femenina en los 43 años de existencia de la República Islámica y algunos padres vinculan los envenenamientos con las protestas con marcado tono feminista de los últimos meses, que se habían calmado tras una fuerte represión estatal. Las alumnas de colegios e institutos participaron en esas protestas, se quitaron los velos, gritaron “mujer, vida, libertad” e hicieron gestos de desprecio a retratos de Jameneí y del fundador de la República Islámica, el ayatolá Ruholá Jomeiní.