Un grupo de más de 2.000 mujeres suizas, todas de edad mayor, se han asociado con Greenpeace para demandar al Gobierno de su país ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) por sus insuficientes medidas contra el cambio climático, al manifestarse “preocupadas por las consecuencias del calentamiento global en sus condiciones de vida y su salud”.
Las llamadas KlimaSeniorinnen (Mujeres Mayores por la Protección del Clima) argumentan que la incapacidad del Gobierno para enfrentar el cambio climático ha dañado su calidad de vida. Asimismo, que las políticas climáticas del país están poniendo en riesgo su salud y violan la Convención Europea de Derechos Humanos, específicamente el derecho a la vida y al respeto a la vida privada y familiar.
En ese sentido, exponen que la política climática de Berna es “lamentablemente inadecuada” para reducir las emisiones en concordancia con el Acuerdo de París, que busca limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C. Además, aseguran que si la respuesta de todos los países fuera la misma que la de Suiza, para el 2100 el calentamiento global se incrementaría en 3 °C.
Después de una batalla de seis años y de haber sido derrotadas en el Tribunal Federal, la principal vía legal del país alpino, las ‘ancianas climáticas’, con su equipo reforzado con dos abogados del Consejo del Rey del Reino Unido, elevaron el caso al TEDH en Estrasburgo (Francia), donde se remitió a los jueces de la Gran Sala, un tribunal reservado para los casos más importantes.
Las demandantes, cuya edad promedio es de 73 años, argumentan que los adultos mayores sufren peor que otros durante los períodos de calor extremo y tienen más probabilidades de morir. Las mujeres mayores, aseguran, son aún más vulnerables a la crisis climática, que pone su salud en riesgo.
Durante la audiencia, el abogado Marc Willers argumentó que Suiza “no tiene excusa para no proteger los derechos de las solicitantes”.
“Si un país tan rico y tecnológicamente avanzado como Suiza no puede hacer lo que le corresponde —y voy más allá: ni siquiera se toma la molestia de evaluar cuál debería ser su parte justa—, ¿qué esperanza hay de que otros países estén a la altura del desafío que encaramos?”, dijo al Tribunal.
Por su parte, el Gobierno rechazó el caso a nivel local y federal, argumentando que no hay pruebas de que las emisiones se puedan vincular específicamente a la salud de las mujeres mayores. Además, sostuvo que esas políticas las hacen los políticos, no los tribunales.
La decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos se considera definitiva e influirá fuertemente en cualquier futuro caso climático que se presente en Estrasburgo. Se espera un veredicto para finales de este año.