Un tercio de los funcionarios públicos canadienses comenzó una huelga este miércoles en reclamo de aumentos salariales y más teletrabajo, en uno de los movimientos sociales más importantes de las últimas décadas en el país.
Luego de meses de negociaciones con el gobierno del primer ministro Justin Trudeau, la Alianza de la Función Pública de Canadá (AFPC por sus siglas en francés), anunció que no lograron un acuerdo y lanzó la huelga con 150 puntos de concentración de trabajadores en todo el país.
La protesta afecta principalmente a los servicios de entrega de pasaportes, inmigración e impuestos, pero también a una parte de los inspectores de cereales en los puertos.
El último antecedente de un movimiento de esta amplitud en el país data de 1991.
La AFPC reclama un aumento de salario de 13,5% en tres años para paliar la inflación. El gobierno propone 9%. La inflación alcanzó 8,1% el año pasado en Canadá, pero se ubica hoy a medio camino de ese registro.
El sindicato pide en particular mayor flexibilidad para el teletrabajo. Los funcionarios, la mayoría de los cuales trabajan a distancia a tiempo completo desde la pandemia, no quieren que les impongan dos o tres días de labores semanales en la oficina.
“Es importante que los sindicatos vuelvan a la mesa de negociaciones”, dijo Trudeau el miércoles. Al tiempo que reiteró su respaldo al derecho a huelga, el primer ministro sostuvo que “los canadienses perderán la paciencia si el proceso se eterniza”.
Para Crystal Warner, una de las huelguistas, lo que propone el Ejecutivo es “chocante” porque “no sigue a la inflación”. Dado que el gobierno federal es el mayor empleador del país, “nuestro combate es el de todos los trabajadores de Canadá”, añadió.