La Asamblea Nacional de Cuba reeligió al presidente Miguel Díaz-Canel este miércoles para un segundo mandato de cinco años, a pesar de las graves condiciones económicas que enfrenta la isla actualmente.
La reelección de Díaz-Canel por parte de la Asamblea, que se compone de 470 miembros, se esperaba ampliamente.
Díaz-Canel reemplazó a Raúl Castro como presidente en 2013 y luego, en 2018, como primer secretario del Partido Comunista de Cuba. Es la primera persona nacida después de la revolución de 1959 que no lleva el apellido Castro en ostentar los dos cargos de poder.
Aunque está oficialmente retirado, Raúl Castro todavía conserva un escaño en la Asamblea Nacional y el título de general del Ejército. De hecho, se considera que ejerce una gran influencia en los asuntos de estado tras bambalinas.
Desde que asumió el cargo, Díaz-Canel, un ingeniero eléctrico de formación de 62 años, se ha enfrentado a una sucesión de tragedias que han empujado a Cuba aún más cerca del borde del colapso económico. Después de la política de acercamiento del Gobierno de Barack Obama con Cuba, el expresidente Donald Trump cambió abruptamente de rumbo, implementando algunas de las sanciones económicas más duras en décadas.
Luego, la pandemia prácticamente cerró las puertas de Cuba al turismo, lo que exacerbó la escasez de alimentos y medicamentos ya generalizada.
El 11 de julio de 2021, miles de cubanos, molestos por los apagones, la falta de libertades personales y la precariedad en las condiciones de vida salieron a las calles en las protestas antigubernamentales más grandes desde la revolución cubana.
En cuestión de horas, Díaz-Canel apareció en la televisión estatal y les dio a sus seguidores lo que llamó “la orden de combatir”, al señalar que “las calles son de los revolucionarios”.
Cientos de cubanos fueron arrestados y juzgados en masa. Díaz-Canel dijo que los manifestantes eran peones de Estados Unidos, parte de un complot para derrocar al gobierno.
La administración de Biden respondió con sanciones económicas adicionales y le ha pedido a Díaz-Canel que libere a los presos.
“Las sanciones duelen pero sirven como chivo expiatorio de los problemas económicos”, dijo a CNN el exdiplomático cubano Carlos Alzugaray. “Refuerzan la idea de que esta es una ciudad sitiada, que este es un país sitiado”.