Canadá convocó este jueves al embajador de China en el país para discutir las acusaciones de intimidación de Beijing a un diputado canadiense que criticó al régimen de Xi Jinping, y también podría tomar represalias expulsando a diplomáticos.
“Mi viceministra se ha reunido con el embajador chino, le hemos convocado”, declaró la ministra de Asuntos Exteriores, Melanie Joly, ante una comisión parlamentaria.
“Estamos evaluando diferentes opciones, incluida la expulsión de diplomáticos”, añadió la diplomática canadiense.
El diputado conservador Michael Chong y su familia, que viven en Hong Kong, habrían recibido presiones por sus críticas a Beijing.
El diario The Globe and Mail publicó el lunes un informe en el que afirmaba que Ottawa había hecho la vista gorda ante la injerencia del régimen chino en los asuntos canadienses.
Citando documentos clasificados y una fuente de seguridad anónima, el periódico dijo que la agencia de inteligencia de China había planeado sancionar a Chong y sus familiares en Hong Kong por haber votado en febrero de 2021 a favor de una moción que condenaba la conducta de Beijing en Xinjiang como genocidio.
El objetivo era “con toda seguridad dar un escarmiento a este diputado y disuadir a otros diputados de adoptar posturas antichinas”, según un documento del Servicio de Inteligencia de Seguridad Canadiense (CSIS).
Un funcionario diplomático en el consulado de China en Toronto estaría involucrado en el caso.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, enfrenta una creciente presión para adoptar una línea dura con el gigante asiático luego de las revelaciones de que China trató de influir en los resultados de las elecciones de Canadá de 2019 y 2021.
Las acusaciones, que Beijing ha negado, han sido el centro de las audiencias e investigaciones del comité parlamentario por parte de la Agencia Electoral de Canadá.
En respuesta a las acusaciones de Chong, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning, dijo: “China siempre se ha opuesto a que cualquier país interfiera en los asuntos internos de otros países”.
“Nunca hemos tenido ni tenemos interés en interferir en los asuntos internos de Canadá”, agregó.
El pasado mes de marzo Canadá admitió que le negó la entrada al país a un diplomático chino por temor a su injerencia en la política local. El episodio ocurrió en otoño de 2002 y se trató de un sujeto -denominado ‘agente político’- que el Partido Comunista Chino buscaba enviar a Norteamérica como enlace internacional entre ambas naciones.