El destino de las zapatillas Yeezy por valor de 1.200 millones de euros (1.300 millones de dólares) que no llegaron a ser vendidas planteó un serio dolor de cabeza para Adidas, que no supo qué hacer con sus reservas acumuladas después de romper en octubre del año pasado su colaboración comercial con el rapero Ye, conocido anteriormente como Kanye West.
El director ejecutivo de la empresa alemana, Bjorn Gulden, ha declarado este jueves en la asamblea general anual de Adidas que “quemar no es la solución” y parte de las cajas de Yeezy podrían salir a la venta. El dinero obtenido se destinaría a organizaciones benéficas.
“Lo que estamos intentando hacer con el tiempo es vender partes de estos productos y luego hacer donaciones a las organizaciones que nos ayudan y que también se han visto perjudicadas por las declaraciones de Kanye”, afirmó Gulden, citado por Bloomberg.
El directivo agregó que todavía no saben cómo y cuándo se hará esto, pero la compañía está trabajando en el asunto. La idea de vender los productos Yeezy se dio a conocer en marzo, luego de que en febrero Adidas advirtiera que la amortización del inventario existente derivaría en una pérdida operativa de 700 millones de euros (765 millones de dólares) este año.
Gulden puntualizó que tomar la decisión sobre los zapatos Yeezy es “increíblemente complicado”, teniendo en cuenta la fuerte polarización existente entre, por un lado, los que se sintieron ofendidos por las polémicas declaraciones del rapero, que fueron tachadas de antisemitas y, por otro, los seguidores que lo apoyan.
La polémica en torno a Ye y las acusaciones de antisemitismo surgieron tras una publicación del artista en redes sociales, ya eliminada, en la que insinuó que el rapero y productor discográfico Sean ‘Diddy’ Combs estaba controlado por “el pueblo judío”.