Mientras Estados Unidos sigue sufriendo los efectos de los incendios en Canadá, el presidente Joe Biden afirmó este jueves se trata de “otro duro recordatorio de los impactos del cambio climático”.
A través de un comunicado, el jefe de Estado destacó la ayuda de su país a Canadá para combatir los incendios. Recordó que desde mayo pasado “más de 600 bomberos estadounidenses, personal de apoyo y medios de extinción de incendios han sido desplegados, trabajando junto a los bomberos canadienses”.
Según indicó, esta es “probablemente la peor temporada de incendios en la historia de Canadá, y tiene enormes impactos en los Estados Unidos”.
Biden comentó que ayer se comunicó con el primer ministro Justin Trudeau para ofrecerle toda la ayuda que necesite Canadá para combatir los incendios, y señaló que los de Quebec son los que están teniendo un impacto más directo en las comunidades norteamericanas.
El presidente de Estados Unidos informó que ordenó al Centro Nacional Interagencias contra Incendios “que responda con prontitud a las peticiones canadienses de más bomberos y medios de extinción, como aviones cisterna”.
Biden también pidió al secretario de Transportes, Pete Buttigieg, que lo mantenga informado “de los progresos que realice para garantizar una gestión proactiva de las implicaciones para el tráfico aéreo del deterioro de la calidad del aire”.
En ese sentido, afirmó que Michael S. Regan, administrador de la Agencia de Protección Medioambiental, “está supervisando continuamente la calidad del aire y proporcionando actualizaciones críticas para cada código postal relevante”.
Los problemas de visibilidad causados por el humo que cubre los cielos de la región llevaron a la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) a detener momentáneamente los vuelos con destino a Filadelfia y La Guardia y a retrasar todos los dirigidos a Newark.
Además, los Centros para el Control de Enfermedades ofrecen recomendaciones detalladas sobre cómo protegerse de los efectos del humo de los incendios forestales en CDC.gov, apuntó el presidente norteamericano en su declaración.
En los últimos días, el humo de los alrededor de 362 incendios forestales que están activos en todo Canadá se ha extendido por los principales centros urbanos canadienses así como varias ciudades de la costa este de Estados Unidos, lo que ha provocado el dramático descenso de la calidad del aire, incluso en Washington.
Nueva York, que se cubrió este miércoles de una luz naranja y olor a quemado, registró los mayores niveles de contaminación en décadas, por lo que las autoridades pidieron a los ciudadanos permanecer en casa.
La capital canadiense, Ottawa, se convirtió también en una de las ciudades del mundo con peor calidad de aire a consecuencia de las partículas de los incendios en las provincias de Quebec y Ontario.
Toronto, la mayor ciudad canadiense, también está en alerta por el empeoramiento de la calidad del aire que no se prevé mejore hasta el fin de semana.
De los casi 400 incendios que hay en Canadá, alrededor de la mitad están fuera de control.