Las fuerzas paramilitares de Yevgeny Prigozhin, el comando militar regional, puso en jaque a Vladimir Putin al instalarse en la ciudad sureña de Rostov-on-Don para avanzar hacia Moscú.
Los milicianos dejaron sus campamentos en Ucrania para darle un golpe directo al régimen ruso. Sin embargo, el avance fue cancelado el sábado y los medios locales dijeron que las tropas del Grupo Wagner regresarían al país de Europa Occidental mientras que “el chef de Putin” huiría a la vecina Bielorrusia.
Los analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) alegaron que la “solución a corto plazo” de una aparente tregua con el Grupo Wagner dejaría un “daño sustancial” al gobierno de Vladímir Putin y los esfuerzos del conflicto bélico con Ucrania. Puntualizaron que esta rebelión mostró las debilidades de seguridad y la “incapacidad” de Rusia para repeler amenazas internas rápidamente. Cabe destacar que dicho incidente se produjo en medio de las duras críticas del líder checheno, Ramzán Kadírov, hacía Yevgeny Prigozhin. Lo catalogó de arrogante e hizo hincapié en que sus acciones podrían detonar “consecuencias peligrosas”.
Aunque ahora los combatientes del Grupo Wagner abandonaron la región de Voronezh —al sur de Rusia, enfatizó el gobernador local— esto ocurrió hasta que los paramilitares detuvieran la dramática rebelión cuya intención era derribar a los altos mandos de Rusia y cambiar de sentido en una marcha hacia Moscú.
“El movimiento de las unidades Wagner a través de la región de Voronezh está terminando”, dijo el gobernador de Voronezh, Alexander Gusev. “Está funcionando normalmente y sin incidentes”, agregó y aclaró que las restricciones de viaje impuestas durante la operación del sábado contra el motín se levantarán una vez que “la situación finalmente se resuelva”.
En sí, los analistas creen que todo este movimiento, junto con la tregua, fue una “solución a corto plazo” por lo que esperan que en otro periodo no se resuelvan los problemas sustanciales que afectan a la nación.
De acuerdo con el Instituto para el Estudio de la Guerra, la rebelión expuso la debilidad de las fuerzas de seguridad rusas y demostró la incapacidad de Vladímir Putin para usar sus fuerzas de manera oportuna para repeler una amenaza interna. Además de que erosionó —aún más— su monopolio de la fuerza. Asimismo, el rápido avance de Yevgeny Prigozhin hacia Moscú ridiculizó a gran parte de las fuerzas regulares rusas y destacó a todas y cada una de las figuras de seguridad, empresas estatales y otras figuras clave en el gobierno. En sí, las fuerzas militares privadas que se encuentran separadas del estado central pueden lograr resultados impresionantes, al menos eso recalcaron los analistas.
“La campaña de Wagner también mostró la degradación de las reservas militares de Rusia, que están casi totalmente comprometidas con la lucha en Ucrania, así como los peligros de depender de reclutas sin experiencia para defender las fronteras de Rusia”.
Los analistas notaron cómo el Kremlin no pudo “responder rápidamente” y que, en algunos casos, los combatientes del Grupo Wagner fueron “saludados calurosamente” por los residentes de Rostov-on-Don.
Durante este duro “encuentro” se implementaron restricciones de tráfico por carretera en Rostov, Lipetsk y otras regiones durante la crisis, al menos así lo informó la estatal TASS, citando a la agencia federal de carreteras. Esto ocurrió después de que Yevgeny Prigozhin anunciara que sus tropas habían tomado el control del centro de comando militar y la base aérea en la ciudad sureña de Rostov-on-Don, el centro neurálgico de la ofensiva de Rusia en Ucrania.
En respuesta al desafío del “chef”, Vladímir Putin acusó —en un discurso televisado— a Yevgeny Prigozhin de haberle dado una “puñalada por la espalda” que representaba una amenaza para la supervivencia misma de Rusia.
“Cualquier agitación interna es una amenaza mortal para nuestro estado y para nosotros como nación. Este es un golpe para Rusia y para nuestro pueblo”, puntualizó el gobernante ruso, a la par de exigir una “unidad nacional”.
Aclaró que las “ambiciones extravagantes y los intereses personales llevaron a la traición”, refiriéndose así de Yevgeny Prigozhin, quien comenzó a construir su base de poder como contratista de catering. Mientras la fuerza de la insurrección se dirigía al norte a través de Voronezh y Lipetsk hacia Moscú, el alcalde de la capital anunció que se estaban tomando medidas “antiterroristas”. Por ello las instalaciones críticas estaban “bajo protección reforzada”, informó TASS, citando una fuente policial. Si bien el equipo del “chef” luchó al frente de la ofensiva de Rusia en Ucrania, culpó repetidamente al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y a Valery Gerasimov, jefe del Estado Mayor, por la muerte de sus combatientes.
También se debe recordar el intento del gobierno por unir a las fuerzas paramilitares a su poder, algo que detonó la furia de Yevgeny Prigozhin, quien ha peleado el control total de sus tropas. En sí, el Grupo Wagner ahora regresa a sus puestos y campamentos mientras que el “chef” buscará refugio en Bielorrusia, no enfrentará cargos después de cancelar el avance de sus tropas sobre Moscú y continuará la estrategia de combate desde este punto.