Ron DeSantis no es ajeno a las controversias. Ya sea enfrentándose públicamente al principal empleador de su estado, Disney, o librando una batalla que algunos consideran personal contra la comunidad LGBTQ+, el gobernador de Florida siempre está generando titulares y desatando pasiones.
En esta ocasión, vuelve a ser noticia porque firmó una ley que amplía los materiales reciclados que pueden utilizarse en la construcción de carreteras en el estado de Florida.
Hasta ahora, no hay nada fuera de lo común. Se incluyen desechos sólidos como vidrio, restos plásticos de neumáticos y metales utilizados en la construcción, los cuales se convierten en materiales reutilizables en lugar de ser considerados basura.
Pero hay un detalle importante. Entre los nuevos materiales autorizados se encuentra el fosfoyeso, un residuo de la minería que no puede ser utilizado para rellenar terrenos debido a su contenido de uranio, lo que lo convierte en un material radioactivo.
La roca de fosfato se extrae para la producción de fertilizantes, y el fosfoyeso es el subproducto resultante que contiene residuos en descomposición de elementos que eventualmente generan radón, un gas radioactivo conocido por ser potencialmente cancerígeno según los estándares de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés).
Debido a esto, el fosfoyeso no puede ser depositado en vertederos de acuerdo con las regulaciones federales para evitar su contacto con las personas y el medio ambiente. En cambio, debe ser almacenado en sistemas de pilas de yeso, lo cual es un proceso costoso.
Sorprendentemente, los legisladores de Florida aprobaron una ley en la que se permite el uso de este material que no es apto para el reciclaje convencional en la construcción de nuevas carreteras, y el gobernador la firmó.
Las organizaciones medioambientales están alarmadas por esta situación. Sin embargo, hay una cláusula en la ley. Antes de que el Departamento de Transporte pueda utilizar el fosfoyeso, se requiere realizar un estudio para evaluar su idoneidad.
La legislación establece que “se pueden considerar estudios previos o en curso sobre la idoneidad del fosfoyeso para su uso en carreteras en cumplimiento de este requisito”. Estos estudios deben estar listos para su evaluación antes del 1 de abril de 2024.
El radón, el gas emitido por el fosfoyeso, es la segunda causa de cáncer de pulmón, solo superado por el humo del cigarrillo, y causa aproximadamente 21,000 muertes al año en los Estados Unidos, según la EPA. La agencia también lo considera como la “mayor fuente ambiental de exposición a la radiación”.
El fosfoyeso es un subproducto generado durante el proceso de producción de ácido fosfórico a partir de la roca de fosfato. Contiene una mezcla de yeso, sílice, fluoruro y elementos traza, incluido el uranio. Es un residuo de la industria del fosfato utilizado en la fabricación de fertilizantes.
El fosfoyeso, debido a su contenido de uranio y otros elementos radioactivos, puede tener efectos secundarios perjudiciales para la salud y el medio ambiente. Algunos posibles efectos secundarios del fosfoyeso incluyen: radiación, contaminación del agua, del suelo e impacto en la vida silvestre.