El ministro de Trabajo de Rumanía, Marius Budai, renunció al cargo este jueves tras el escándalo de los “asilos del terror” que sacudió al país, informan medios locales.
La dimisión fue confirmada por el primer ministro rumano, Marcel Ciolacu, quien la calificó como un “gesto de honor” y “la reacción natural de un responsable político ante tal crisis”.
A principios de este año, varios reportes sobre hogares de ancianos en la ciudad de Voluntari denunciaron que los residentes de estos geriátricos habían sufrido maltratos. Pese a que la situación se abordó a nivel del Ministerio de Trabajo, los centros siguieron funcionando.
Meses más tarde, a principios de julio, comenzó una investigación contra 24 personas responsables de los asilos. De acuerdo con la prensa, cuatro quedaron bajo custodia policial, once fueron puestas bajo arresto domiciliario, seis quedaron bajo control judicial, mientras que otras tres no fueron sometidas a ninguna medida. Entre tanto, las autoridades insisten que todos los acusados fueron detenidos.
Investigaciones de la Fiscalía y de periodistas revelaron que los ancianos que vivían en estos “asilos del terror” no solo sufrieron hambre, violencia física y burlas, sino también fueron privados de sus pensiones y viviendas, así como eran drogados con medicamentos sedantes.
Según los fiscales, uno de los acusados, Stefan Godei, obtuvo 3,7 millones de leis rumanos (unos 824.000 dólares) tanto de los familiares de los residentes como del presupuesto estatal. Godei gastó una parte de esta suma en entretenimientos, incluidas fiestas con drogas, prostitutas y violinistas.