El presidente estadounidense, Joe Biden, llamó al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por primera vez en cuatro meses, en un momento tenso de la relación entre ambos países, y le invitó a reunirse pronto en Washington.
“El presidente Biden invitó al primer ministro Netanyahu a una próxima reunión en los EEUU. El primer ministro respondió positivamente a la invitación y se acordó que los equipos israelí y estadounidense coordinarían los detalles de la reunión”, informó en un comunicado la oficina del primer ministro de Israel.
En su conversación, Netanyahu puso al día a Biden sobre “el proyecto de ley que está previsto que se apruebe la próxima semana… y sobre su intención de lograr un amplio apoyo público para el resto de la reforma durante las vacaciones de verano”, dijo la oficina de Netanyahu.
La llamada se produce la víspera de que Biden reciba en la Casa Blanca al presidente israelí, Isaac Herzog, y a la espera de que Netanyahu haga lo propio, ya que hasta hoy no había sido invitado formalmente a Washington después de más seis meses en el cargo, algo inusual en la tradicionalmente estrecha relación bilateral.
La relación entre EEUU e Israel atraviesa una crisis, según analistas y diplomáticos, desde que Netanyahu volvió al poder en diciembre apoyado por socios ortodoxos y de ultraderecha.
La administración Biden no ha ocultado en los últimos meses su preocupación por la reforma judicial en Israel, vista como una amenaza para la democracia, así como la expansión de asentamientos en Cisjordania ocupada.
Según medios, Biden habría expresado su preocupación sobre la polémica reforma judicial que impulsa el gobierno de Netanyahu, que socava la separación de poderes y la independencia de la justicia.
La última vez que hablaron, en marzo, Biden también dio la voz de alarma sobre esa legislación que sigue su curso en la Knéset (parlamento israelí), a pesar de haber provocado las mayores protestas de la historia de Israel, que no han cesado después de más de seis meses.
El Gobierno israelí quiere aprobar antes de fin de mes la ley que anula la doctrina de la razonabilidad, que permite al Supremo revisar y revocar decisiones gubernamentales en base a si éstas son razonables o no; uno de los pilares de la reforma judicial.
Netanyahu abrió un diálogo con la oposición sobre la reforma judicial pero éste fracasó en junio, ante lo que el gobierno está decidido a avanzar con la misma de forma unilateral, mientras siguen las protestas.