El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, subió este miércoles a bordo del submarino nuclear estadounidense USS Kentucky, que se encuentra en una base naval en la ciudad portuaria de Busan, en una señal de advertencia contra las amenazas nucleares y de misiles de Pionyang, informa la agencia Yonhap.
“La llegada del USS Kentucky muestra claramente el compromiso de Corea del Sur y EE.UU. de desplegar regularmente activos estratégicos estadounidenses y defender la credibilidad de la disuasión extendida”, dijo el mandatario surcoreano a bordo del sumergible.
Washington y Seúl, mediante el Grupo Consultivo Nuclear (NCG, por sus siglas en inglés) y los despliegues regulares de activos estratégicos, responderán “de manera abrumadora y convincente al avance de las amenazas nucleares y de misiles de Corea del Norte”, agregó.
La visita de Yoon al USS Kentucky, uno de los mayores portamisiles balísticos del mundo, se produjo un día después de que el submarino llegara a Busan por primera vez en décadas.
Además, el mandatario dijo que los dos países aliados discutieron la “planificación y ejecución conjunta” de operaciones nucleares, así como “mejorar la visibilidad regular de los activos estratégicos en la península de Corea”.
“Al hacerlo, haremos que Corea del Norte ni siquiera sueñe con llevar a cabo una provocación nuclear y advertimos, claramente, que una provocación conducirá al fin del régimen [norcoreano]”, advirtió el presidente.
La llegada del USS Kentucky dio inicio a la implementación de la llamada Declaración de Washington, que Yoon y su homólogo estadounidense, Joe Biden, acordaron en abril para establecer el NCG con el objetivo de mantener una mayor coordinación militar entre ambos países, especialmente en materia de disuasión nuclear.
Por su parte, horas después de la llegada del submarino a la ciudad surcoreana, Pionyang disparó dos misiles balísticos de corto alcance hacia el mar de Japón.