La explosión de un pozo de gas natural en una remota región de Kazajstán ha provocado una enorme fuga de metano, según los científicos, lo que demuestra los riesgos de la prospección de combustibles fósiles.
Según la empresa francesa de geoanálisis Kayrros SAS, los satélites observaron nubes gigantes de metano que salían del lugar al menos nueve veces en el mes anterior al 23 de julio. Sus hallazgos fueron ampliamente corroborados por científicos del Instituto Holandés de Investigación Espacial SRON.
La empresa kazaja Buzachi Neft LLP, con sede en Almaty, confirmó en un comunicado enviado por correo electrónico el 1 de agosto que el 9 de junio se produjo un accidente en el pozo de exploración nº 303 del yacimiento de gas Karaturun Vostochny, en el este de Kazajstán, y afirmó que el yacimiento no ha dejado de arder desde entonces.
Sin embargo, afirmó que las imágenes por satélite mostraban probablemente nubes de vapor caliente con trazas mínimas del gas de efecto invernadero. El Ministerio de Energía kazajo no respondió a la petición de comentarios.
Los científicos que utilizan observaciones por satélite para rastrear las emisiones de gases de efecto invernadero discreparon de la valoración de Buzachi Neft.
“Es extremadamente improbable confundir vapor de agua con metano en múltiples imágenes captadas por dos satélites hiperespectrales, cuya altísima resolución espectral deja pocas dudas sobre la naturaleza del gas observado”, declaró Kayrros en un comunicado. Los satélites hiperespectrales recogen datos de todo el espectro electromagnético.
Al menos dos satélites -el Sentinel-5P de la Agencia Espacial Europea y el Prisma de la Agencia Espacial Italiana- han observado los penachos. El espectrómetro de Sentinel-5P se diseñó específicamente para detectar metano.
Aunque Buzachi Neft afirmó que el incendio estaba quemando el gas fugado, los satélites han observado anteriormente penachos de metano significativos procedentes de reventones e incluso de antorchas específicas que mezclan el combustible con oxígeno con el objetivo de quemar el gas y convertirlo en dióxido de carbono.
Kayrros calcula que las emisiones del emplazamiento oscilan entre 35 y 107 toneladas métricas de metano por hora, basándose en las detecciones por satélite.
Según la empresa de geoanálisis, se trata probablemente de la peor fuga de metano atribuible a una sola fuente en lo que va de año.
Los satélites detectan concentraciones de metano desde el espacio analizando la forma en que la luz solar se refleja en la Tierra. Cuando la luz atraviesa una nube del gas, su intensidad se debilita en determinadas longitudes de onda. El metano absorbe la luz en la porción infrarroja de onda corta del espectro electromagnético.
Tanto la Unión Europea como Estados Unidos están elaborando nuevas normas para limitar las emisiones de metano, y unos 150 países se han adherido al Compromiso Mundial contra el Metano, una iniciativa que pretende reducir las emisiones mundiales de metano en un 30% para finales de esta década.
Aunque Kazajstán no es uno de los países firmantes, en septiembre firmó un memorando de entendimiento con el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo para trabajar en la adhesión al compromiso.