Las cárceles de Guayaquil, principalmente la Penitenciaría del Litoral, han sido los escenarios de hallazgos sorprendentes
El último resultó no solo en el decomiso de armas, explosivos y droga, sino en la detención de nueve funcionarios gubernamentales, aunque solo ocho de las retenciones fueron admitidas por un juez.
La Policía y las Fuerzas Armadas del Ecuador han realizado varias intervenciones en las cárceles del país en cumplimiento al Estado de Excepción que rige desde el 24 de julio en los centros penitenciarios.
Fusiles, bombas, granadas, explosivos, dinero en efectivo y droga estaban escondidos en las oficinas del Servicio de Atención Integral (Snai), la entidad encargada de las cárceles, en la Penitenciaria del Litoral, según informó la Fiscalía. Esta cárcel es la más violenta del país y recientemente vivió una masacre que dejó 31 reos asesinados.
Por el ingreso de esos objetos prohibidos, la Fiscalía pidió que se formulen cargos en contra de funcionarios administrativos, guías penitenciarios e incluso del director de la Penitenciaría del Litoral.
El juez que conoció el caso calificó la detención y aceptó el pedido de prisión preventiva para todos salvo del director porque el parte policial no tenía los comprobantes que respaldaban las evidencias.
La Fiscalía anunció que investigará a quiénes elaboraron ese parte policial. De comprobarse la culpabilidad de los detenidos, estos podrían enfrentar 14 años de prisión.
El hallazgo y detención sucedieron a una semana de la última masacre y tres días después de que el director del Servicio de Atención Integral renunciara a su cargo. Pese al estado de emergencia en las prisiones el gobierno aún no ha anunciado quién reemplazará al último director, que fue el quinto en dos años de mandato del presidente Guillermo Lasso.
El Snai emitió un comunicado asegurando que la entidad prestará la colaboración necesaria para las investigaciones judiciales sobre el caso, pero no se informó sobre más detalles.
En cada intervención los uniformados requisan decenas de armas, cientos de municiones, explosivos, celulares, dispositivos de comunicación, droga y dinero en efectivo.
Los militares y policías han retenido ventiladores, electrodomésticos, parlantes, entre otros. En uno de los pabellones, incluso requisaron animales silvestres como pollos y patos. Además, encontraron una piscina de tilapias.
En la última requisa de las Fuerzas Armadas informaron que retuvieron: 30 pistolas de diferente calibre, 2 fusiles, 849 municiones, 2 cargas explosivas, 169 celulares, 8 radios portátiles, 19 cargadores de pistolas y fusiles, 5 botellas de licor, 4.3 gramos de cocaína, 6.2 gramos de marihuana, USD 2.055 y equipos electrónicos. En esa operación de seguridad participaron 2.000 policías y militares.
Mientras tanto, las prisiones continúan bajo el mando de los cabecillas de las distintas bandas locales que, no solo reciben tratos preferenciales, sino que extorsionan a las familias de los otros reos para brindarles comida, un colchón para dormir y seguridad dentro de esos centros carcelarios que, se supone, están a cargo del gobierno.