El economista Santiago Peña se convertirá el martes en el 51º presidente de Paraguay con la promesa de que su país siga siendo el único de Sudamérica que mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán y el desafío de negociar con Brasil el tratado que sentó las bases para la construcción y operación conjunta de la hidroeléctrica de Itaipú.
Economista de profesión y reconocido como ex ministro de Hacienda, Peña, de 44 años, visitó Taipéi en julio pasado acompañado por su equipo económico, en una clara muestra del interés de su entrante Administración de profundizar los lazos con la isla, con cuyas autoridades celebró los 66 años de amistad común.
“Venimos a transmitirle al pueblo de Taiwán nuestra determinación de estar cerca de ellos”, dijo a su arribo el futuro gobernante y recordó que dos décadas atrás había viajado a la isla como estudiante.
Peña, sin cerrar la puerta a una relación con China, ha puesto el foco en la agenda económica y política con Taiwán, a contracorriente de sus socios del Mercado Común del Sur (Mercosur), el bloque que integran, además de Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay, quienes ya han coqueteado de forma individual con el gigante asiático.
Precisamente Brasil será uno de los primeros retos para el próximo mandatario, cuyo Gobierno deberá encarar la negociación sobre la revisión de los acuerdos del tratado constitutivo de la represa de Itaipú, la mayor de América y la segunda más grande del mundo.
De igual forma, Peña heredará las negociaciones para sellar un tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE).
Paraguay y sus socios del Mercosur han expresado sus reservas frente a los condicionamientos en materia ambiental anticipados por sus contrapartes europeos, en un momento en que la relación entre Asunción y Bruselas está marcada por un debate legislativo que pretende derogar un acuerdo de cooperación de Europa a la educación en el país.