El expresidente estadounidense Donald Trump y los otros 18 imputados por injerencia electoral en Georgia se declararon ya no culpables y renunciaron a su comparecencia en la lectura formal de los cargos, prevista para este miércoles.
El exmandatario republicano se declaró no culpable el pasado 30 de agosto y este martes, según medios como la cadena ABC, hicieron lo propio los que todavía no se habían pronunciado, incluido Mark Meadows, que fue su último jefe de gabinete en la Casa Blanca.
Los 19 estaban citados para el miércoles para la lectura formal de cargos en su contra y para que sostuvieran si se declaran culpables o no culpables, pero renunciaron voluntariamente a su derecho a estar presentes en ese trámite.
La fiscal que lleva el caso, la demócrata Fani Willis, ha propuesto a la corte que el juicio arranque el 23 de octubre. El juez ha mantenido esa fecha solo para uno de los acusados, el letrado Kenneth Chesebro, que había solicitado un proceso rápido, pero aún no se conoce la fecha del resto.
La fiscal utilizó en su contra la ley RICO, conocida por emplearse contra los integrantes de la mafia y empleada para asegurar que los líderes de una asociación criminal, y no solo sus subordinados, rindan cuentas ante la justicia.
Entre los acusados también están el exabogado de Trump y exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani y algunos de sus abogados durante la campaña que pretendían engañar al presidente del Senado estadounidense, entre otros, en la certificación de los votos para decantarse por Trump, a pesar de que había perdido los comicios en ese estado.
Georgia se alzó como un estado clave en las presidenciales de 2020 porque el margen entre Biden y Trump fue tan estrecho que se hizo un recuento manual completo para despejar las dudas sobre un posible fraude, un procedimiento cuyo resultado siguió sin convencer al entonces presidente saliente.
Algunos acusados han sostenido ya que se limitaron a cumplir órdenes. Meadows, a quien se le reprocha principalmente organizar la llamada entre Trump y Raffensperger, afirmó la semana pasada que gran parte de su trabajo como jefe de gabinete era organizar llamadas y gestionar la agenda del entonces mandatario.
Trump está inculpado en cuatro casos penales, dos por injerencia electoral en Washington y Georgia, otro en Florida por llevarse de la Casa Blanca papeles clasificados al abandonar el poder y el cuarto en Nueva York por pagos irregulares a la actriz porno Stormy Daniels para silenciar durante la campaña de 2016 un “affaire” que tuvieron en el pasado.