En una decisión cargada de simbolismo, el Gobierno de Giorgia Meloni aprobó este lunes, Día de los Trabajadores, un decreto que contiene varias medidas de carácter laboral, como la reducción de la carga impositiva a determinados sueldos, el reemplazo de un subsidio de desempleo conocido como reddito di cittadinanza (renta de ciudadanía) y la ampliación de la posibilidad de prorrogar los contratos temporales.
La primera ministra, que lidera la coalición más derechista que ha gobernado el país desde la Segunda Guerra Mundial, optó por no ilustrar la medida en una rueda de prensa, después que los sindicatos calificaran de “acto ofensivo de arrogancia” la decisión de aprobar el decreto el día de la fiesta de los trabajadores.
El Primero de Mayo es una jornada especialmente sentida Italia, un país que en su Constitución se define como “una República democrática fundada en el trabajo”.
La principal medida del decreto es la rebaja de la llamada cuña fiscal, es decir, la diferencia entre lo que paga el empresario y lo que percibe el trabajador como salario neto, para rentas de hasta 35.000 euros anuales.
La medida tendrá efecto solo durante lo que queda de año, una vigencia que los sindicatos ven como “insuficiente”.
No obstante, Meloni se dijo “orgullosa” de la medida, mineras el ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, explicó que estas disposiciones suponen “una ayuda real contra el encarecimiento de la vida y una respuesta concreta a las chácharas”.
El decreto también decidió reemplazar a la renta de ciudadanía (reddito di cittadinanza), programa de subsidios de desempleo aprobado por el Movimiento Cinco Estrellas en la pasada legislatura.
El gobierno afirma que este plan de subsidios es muy caro, con un coste de cerca de 8.000 millones de euros el año pasado, y aseguró que desincentiva a personas aptas para trabajar, especialmente a jóvenes, a buscar un empleo.
El decreto también interviene sobre los contratos temporales, cambiando lo que se había decidido en el llamado ‘decreto de la dignidad’ aprobado en 2018 por el Gobierno de Giuseppe Conte. Ese decreto había reducido las posibilidades de prorrogar los contratos temporales después de los primeros 12 meses.
Además, se incluyen una serie de reducciones fiscales a quienes ofrezcan contratos indefinidos, ampliadas además a los empleadores que estabilicen los temporales.
Otro incentivo en la segunda mitad de este año es para la contratación de jóvenes de menos de 30 años que ni estudien ni trabajen, que en Italia rondan los 3 millones en la franja de edad entre los 15 y los 34 años.