El neerlandés Max Verstappen ganó la carrera del Gran Premio de Japón en la que dominó con claridad y en la que los dos McLaren, del británico Lando Norris y el australiano Oscar Piastri, le acompañaron en el podio, en segunda y tercera posición, respectivamente.
No hubo duda sobre el ganador de la carrera desde el principio del Gran Premio. Desde un viernes en el que Verstappen comenzó liderando los Libres 1, queriendo demostrar que no hay nadie que pueda con él esta temporada y que los problemas en Singapur hace una semana fueron pasajeros.
“Que se vayan al carajo”, dijo en referencia a los críticos que aseguraban que el bajón de rendimiento de Red Bull en Singapur se debía a la nueva normativa de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) sobre la medición de la flexibilidad de los alerones delanteros. Unas dudas -y esperanzas para el resto- que se encargó rápido de echar por tierra con una victoria que permitió al equipo austríaco certificar su segundo título de constructores de forma consecutiva, el sexto de su historia.
Incontestable, como la pole del sábado por más de medio segundo, la victoria de un Verstappen que le sacó al británico Lando Norris (McLaren) dos segundos en dos vueltas, tras la resalida por el coche de seguridad en la vuelta 5 y, a partir de ahí, vivió con calma las otras 48 vueltas de carrera.
Un coche de seguridad que desplegaron los comisarios tras una salida en la que los McLaren inquietaron a Verstappen por primera y única vez y en la que por detrás se sucedieron los toques.
Oscar Piastri salió mejor que Max, pero este le cerró por dentro y lo aprovechó Norris, que salía tercero, para intentar un adelantamiento por fuera, en curva rápida, que, en condiciones normales, nunca sale bien frente al neerlandés. Y este domingo no fue diferente.
Por detrás, el chino Guanyu Zhou (Alfa Romeo) chocó al tailandés Alexander Albon (Williams) y provocó toques también del francés Esteban Ocon (Alpine) y el finés Valtteri Bottas (Alfa Romeo). Caos con los pilotos jugándosela en los primeros metros en un circuito de Suzuka en el que es difícil adelantar y que provocó la salida del coche de seguridad por los trozos de fibra de carbono esparcidos en la pista.
Fernando Alonso reconoció que a su Aston Martin le “falta ritmo” en esta parte final de la temporada y que por ello están lejos de ser el mejor equipo después de Red Bull, como fueron durante gran parte inicial de la temporada. Sin embargo, el bicampeón del mundo de F1, en 2005 y 2006, sigue peleando por la tercera posición del campeonato de pilotos, gracias a esos “milagros” a los que también se refirió el español.
Lo dijo por sus vueltas de clasificación en Singapur y en Japón, siendo el único piloto que ha entrado en todas las Q3 esta temporada, y aún le quedaba otro el domingo. De décimo a sexto en la salida, un lugar que vueltas más tarde el ritmo de carrera demostró que no le pertenecía, pero volvió a sacar lo máximo de su monoplaza.
Todo lo contrario a un Sergio Pérez que cerró un fin de semana para olvidar dentro de una temporada en la que, tras dos victorias en las cuatro primeras carreras, la irregularidad se ha apoderado de su 2023.
El piloto tapatío se retiró en la vuelta 15 de 53 del Gran Premio de Japón al sufrir daños en su monoplaza después de chocar con el danés Kevin Magnussen (Haas) en un intento de adelantamiento.
El fin de una carrera para él que empezó con otro choque. En la salida, en un lance de carrera al verse adelantado por el español Carlos Sainz (Ferrari), tocó al británico Lewis Hamilton (Mercedes) y tuvo que entrar a boxes a cambiar su alerón delantero. Parada tras la que recibió cinco segundos de sanción por adelantar bajo periodo de coche de seguridad. Y en la vuelta 15, mientras se encontraba en plena misión de remontar posiciones, ‘Checo’ Pérez tocó a Magnussen en la horquilla del segundo sector, golpeándole, haciéndole trompear, rompiendo su propio alerón delantero y acabando con su carrera por daños en su monoplaza.
La mayor lucha de la carrera estuvo en ver quién acompañaba a Verstappen en el podio de Japón, con los McLaren demostrando ser el equipo más rápido del resto de la parrilla y solo Mercedes y una estrategia diferente les puso en aprietos, pero por pocas vueltas.
El británico George Russell decidió hacer una parada, en lugar de las dos que hicieron la mayoría de los pilotos, para intentar colarse en unos primeros puestos de los que el rendimiento de su monoplaza estaba lejos. Como se demostró en las últimas vueltas en pista en las que tanto Norris como Piastri le pudieron adelantar con facilidad al tener neumáticos más nuevos.
Verstappen recuperó su trono, con 19 segundos de ventaja sobre el segundo clasificado, y acaricia su tercer campeonato del mundo de pilotos que podría certificar dentro de quince días en el Gran Premio de Catar.