El Gobierno Federal busca por doquier interesados afines en buscar una candidatura, una posición política, un momento de fama.
Y si es posible un premio de consolación por los servicios prestados al movimiento, al Gobierno y a sus personeros para distraer electores.
De eso se vale el poder para atacar a Xóchitl Gálvez y rebajar el potencial crecimiento del Frente opositor.
Se les busca por todas partes.
Desde la Presidencia Andrés Manuel López Obrador ha propuesto y lucha porque el gobernador de Nuevo León, Samuel García, sea el candidato de MC y en ello está de acuerdo su creador, dueño y dirigente Dante Delgado.
Su participación sería definitiva.
Según las encuestas, MC trae una tendencia del voto de 8%, pero ese porcentaje sería suficiente para cargar a su favor una competencia cerrada entre el partido-gobierno y el Frente PAN-PRI-PRD.
Dividiría el voto opositor y con eso pagaría todo. Premio en 2024: senadurías, diputaciones federales, diputaciones locales, apoyo para los candidatos emecistas en todo el país y por supuesto prerrogativas a granel en el próximo sexenio.
Atrás de Samuel García viene el ultraderechista Eduardo Verástegui, ciertamente impulsado por Estados Unidos pero sobre todo las iglesias -en especial la Católica- y muchos otros más.
Suena raro, pero en el PAN hay amplios sectores contrarios a Xóchitl Gálvez por su historia juvenil trotskista y se niegan a darle su apoyo como aliancista.
Luego viene como idóneo del oficialismo Hugo Éric Flores Cervantes, dirigente de grupos eclesiales, aliado de Andrés Manuel López Obrador y responsable sucesivo de dos partidos con las mismas siglas, PES.
Hay más prospectos, pero para qué darlos.
Doble contra sencillo que desde el Gobierno y Morena les van a dar los votos necesarios para el registro. Más de un millón aunque ellos no representen nada -me asegura el priista Alejandro Moreno, Alito.
Este Gobierno no se distingue por su honestidad y este tipo de esquirolaje es parte de su estrategia para debilitar a la oposición -dice a su vez el panista Marko Cortés.
No van a desaprovechar ningún resquicio de la ley para debilitarnos. Tenemos que estar preparados para combatir ese tipo de prácticas -sostiene el perredista Jesús Zambrano.