El presidente ruso, Vladimir Putin, llegó a Beijing el martes para reunirse con el presidente chino, Xi Jinping, en un viaje muy seguido que buscaba mostrar la confianza y la asociación sin límites entre los países, incluso cuando la guerra en Ucrania continuaba.
En apenas su segundo viaje conocido al extranjero desde que la Corte Penal Internacional (CPI) con sede en La Haya emitió una orden de arresto contra él en marzo, Putin y su séquito volaron al Aeropuerto Internacional de Beijing Capital el martes por la mañana, donde fue recibido por el Ministro de Comercio chino. Wang Wentao.
También es el primer viaje oficial del jefe del Kremlin fuera de la ex Unión Soviética este año, después de visitar Kirguistán, una ex república soviética, a principios de este mes.
Tras ver Xi Jinping por última vez a su querido amigo en Moscú pocos días después de que se emitiera la orden. el presidente de China invitó a Putin a asistir al tercer foro de la Franja y la Ruta en Beijing, un foro de cooperación internacional impulsado por el líder chino.
Cuando Putin llegó al Gran Salón del Pueblo para un banquete nocturno organizado para los líderes y dignatarios mundiales que asistieron al foro, Xi sonrió mientras los dos hombres se estrechaban la mano.
Putin, como invitado principal del foro, estaba a la derecha de Xi mientras los líderes mundiales posaban para fotografías grupales en el Gran Salón.
Putin hablará el día miércoles después de que Xi pronuncie su discurso de apertura. Los dos sostendrán conversaciones bilaterales ese mismo día.
Beijing ha rechazado las críticas occidentales a su asociación con Moscú incluso cuando la guerra en Ucrania no daba señales de cesar, insistiendo en que sus vínculos no violan las normas internacionales y que China tiene derecho a colaborar con cualquier país que elija.
Sería la tercera asistencia de Putin al Foro de la Franja y la Ruta, que se prolongará hasta el miércoles. Asistió a los dos foros anteriores en 2017 y 2019.
El foro se centra en la Iniciativa de la Franja y la Ruta, un gran plan lanzado por Xi hace una década que espera que construya infraestructura global y redes energéticas que conecten Asia con África y Europa a través de rutas terrestres y marítimas.
Putin ha elogiado la iniciativa, diciendo que es una plataforma para la cooperación internacional, donde nadie impone nada a los demás.