Los funcionarios sudafricanos esperan que la recuperación gradual de una de las centrales eléctricas alimentadas con carbón más grandes del país reduzca los agobiantes apagones.
En las últimas tres semanas se han restablecido al menos dos unidades de la central eléctrica de Kusile, añadiendo 1.600 megavatios a la red nacional y reduciendo los continuos apagones, que pueden durar hasta 12 horas al día.
Las unidades han estado fuera de servicio desde que se averiaron en octubre del año pasado, lo que contribuyó significativamente a los apagones, conocidos en Sudáfrica como desconexión de carga.
Las dos unidades fueron restauradas casi dos meses antes de lo previsto y se espera que dos más vuelvan a estar en funcionamiento antes de fin de año, dijeron las autoridades.
Si bien es poco probable que la recuperación total de la central ponga fin a todos los apagones, se considera un paso importante hacia la resolución de la crisis energética que ha afectado gravemente a los hogares y la economía del país.
La central eléctrica de Kusile cuenta con seis unidades generadoras capaces de producir 800 megavatios cada una, lo que la convierte en una de las centrales eléctricas de carbón más grandes del mundo con una capacidad total de 4.800 megavatios de electricidad.
“Ambas unidades están agregando 1.600 megavatios a la red, mejorando así la capacidad de generación disponible. Esto significa que Eskom está en el camino correcto para reducir y, en última instancia, poner fin a la pérdida de carga”, dijo el martes Daphne Mokwena, portavoz de la empresa eléctrica Eskom.
El gobierno sigue bajo presión para poner a Kusile y otra central eléctrica, Medupi, en pleno funcionamiento.
Retrasos en la construcción, sobrecostos y acusaciones de corrupción han asediado a ambas centrales eléctricas desde que comenzaron su construcción en 2007.
Sudáfrica se ha comprometido a pasar de una fuerte dependencia del carbón para la generación de electricidad a fuentes más limpias, incluidas la energía solar, la eólica y el almacenamiento en baterías. La transición ha garantizado promesas de financiación de hasta 8.500 millones de dólares por parte de Francia, el Reino Unido, Alemania, Estados Unidos y la Unión Europea.
Sin embargo, la crisis eléctrica del país ha llevado al gobierno a considerar la posibilidad de prolongar la vida útil de sus antiguas centrales eléctricas.
El país también ha lanzado un programa para conseguir electricidad adicional de los países vecinos.