Más de 550 mamíferos acuáticos, la gran mayoría lobos y leones marinos, han fallecido en el último mes por sospechas de gripe aviar en el litoral del estado de Rio Grande do Sul, en Brasil.
Según informaciones del Gobierno estadual, de las que se hace eco la prensa local, los casos comenzaron a notificarse el 30 de septiembre y el 3 de octubre se confirmaron los resultados positivos en tres mamíferos acuáticos y en un ave silvestre.
El Ministerio de Agricultura y Pecuaria indicó que no se necesita llevar a cabo más colectas en animales de las mismas especies donde hay confirmación de la existencia de virus.
Hasta la fecha no existen casos de personas o mascotas contagiadas.
“Este virus no tiene la capacidad de transmisión en humanos (…) existe un riesgo de que en algún momento ocurra una mutación y se pueda adaptar. La recomendación es no manipular”, indicó Alberto Chebabo, presidente de la Sociedad Brasileña de Infectología.
Las autoridades señalaron que todos los animales deben ser enterrados en zanjas de dos metros de profundidad para evitar la propagación del virus y advirtieron a los bañistas que eviten acercarse y tocar animales muertos o enfermos. También recomendaron no llevar mascotas a la playa.
El Gobierno recordó que esto no supone un riesgo para el consumo de carne y huevos. “Toda la cadena de control e inspección continúa con normalidad en esta producción”, aseguró Francisco Lopes, miembro del Departamento de Vigilancia y Defensa de Salud Animal.
Países fronterizos con Brasil como Perú, Uruguay y Argentina también han registrado muertes en su fauna marina a causa del virus, que provoca graves problemas musculares, neurológicos y respiratorios.
Incluso en la Antártida, los especialistas aumentaron las medidas de bioseguridad para investigadores y turistas ante la llegada del virus.
Sin embargo, esta semana se confirmaron los primeros casos de gripe aviar altamente patógena (IAAP) en poblaciones de skúa parda -un tipo de ave marina- en la isla Bird, Georgia del Sur.