El gobierno alemán congeló importantes promesas de gasto centradas en iniciativas ecológicas y apoyo a la industria después de que un fallo del tribunal constitucional sobre los fondos de emergencia pandémicos no utilizados provocara un agujero de 60.000 millones de euros (65.000 millones de dólares) en sus finanzas.
La decisión provocó el caos en las negociaciones presupuestarias que se estaban llevando a cabo esta semana dentro de la coalición gobernante tripartita del canciller Olaf Scholz, cuya popularidad se ha desplomado a medida que la mayor economía de Europa se tambalea cerca de otra recesión.
La decisión del miércoles del Tribunal Constitucional también podría sentar un precedente para respuestas fiscales a futuras crisis.
Mientras tanto, el ministro de Finanzas, Christian Lindner, enfrentará un mayor escrutinio sobre cómo planea mantener el gasto bajo control, pocos días antes de reunirse con su homólogo francés para conversar sobre cómo hacer cumplir la disciplina fiscal en toda la Unión Europea.
Hasta ahora, Alemania ha pulido su reputación como defensora de la financiación sostenible en las negociaciones para reformar las normas fiscales de la UE en un acuerdo paneuropeo a finales de año.
Scholz dijo que el fallo tendría consecuencias de largo alcance para el Fondo de Transformación y Clima (KTF) del gobierno, pero que su coalición buscaría otras fuentes de financiación.
Lindner dijo que el fallo podría tener un gran impacto en los presupuestos federales y estatales, pero que el gobierno respetaría la decisión y no interrumpiría el proceso de finalización del presupuesto para 2024.
Los 60.000 millones de euros se habían destinado a iniciativas como hacer que los edificios sean más eficientes energéticamente y subsidiar la producción de electricidad y chips renovables, así como apoyar a las empresas que consumen mucha energía.
Lindner dijo que las medidas para promover la eficiencia energética y el uso de energías renovables en el sector de la construcción quedarían excluidas de la congelación.
Pero puede enfrentar crecientes llamados dentro de la coalición para suspender nuevamente el freno de deuda constitucionalmente consagrado de Alemania, algo que hasta ahora ha descartado, junto con aumentar los impuestos.