El presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, fue recibido el martes por el rey Carlos III de Gran Bretaña y una guardia de honor militar al inicio de una visita de estado destinada a fortalecer los lazos comerciales y de defensa entre los dos países.
El gobierno del Reino Unido espera que la visita formal de tres días del líder coreano ayude a cimentar una “inclinación Indo-Pacífica” en su política exterior y comercial.
El rey y la reina Camilla saludaron a Yoon y a la primera dama Kim Keon Hee en Horse Guards Parade, un desfile militar en el centro de Londres. El heredero al trono, el príncipe Guillermo, y los ministros del gobierno también asistieron a la ceremonia de bienvenida, donde el rey y el presidente inspeccionaron filas de soldados de la Guardia Escocesa con túnicas grises y gorros de piel de oso.
La pareja visitante viajó en un carruaje tirado por caballos por una avenida bordeada de banderas británicas y coreanas hasta el Palacio de Buckingham.
Está previsto que Yoon se dirija al Parlamento y mantenga conversaciones el miércoles con el primer ministro Rishi Sunak centradas en comercio, tecnología y defensa. Un acuerdo de defensa permitirá que las armadas de los dos países trabajen juntas para frenar el contrabando y hacer cumplir las sanciones de la ONU impuestas a Corea del Norte para frenar sus ambiciones de armas nucleares.
Los funcionarios del Reino Unido y Corea también iniciarán oficialmente conversaciones sobre un acuerdo de libre comercio “actualizado” para reemplazar su acuerdo actual, que replica en gran medida los acuerdos que tenía el Reino Unido antes de abandonar la Unión Europea.
Se espera que Sunak y Yoon firmen un acuerdo que cubra la cooperación en defensa y tecnología, incluida la inteligencia artificial. Gran Bretaña fue sede de la primera Cumbre internacional sobre seguridad de la IA este mes y Corea del Sur tiene la intención de celebrar un evento de seguimiento el próximo año.
Gran Bretaña también planea invertir en la fabricación de semiconductores de Corea del Sur como parte de los esfuerzos internacionales para diversificar el suministro de componentes informáticos clave. Muchos de los chips avanzados se producen en Taiwán, y la pandemia de coronavirus y una China cada vez más asertiva han aumentado las preocupaciones sobre el suministro futuro.