Las Naciones Unidas advirtieron el martes que el hambre podría aumentar en África occidental y central el próximo año, impulsada principalmente por la violencia en la región plagada de conflictos.
Casi 50 millones de personas podrían enfrentar inseguridad alimentaria y más de 2,5 millones estarán al borde de la hambruna, dijeron funcionarios de la ONU, la Organización para la Agricultura y la Alimentación, grupos regionales y otros al presentar los hallazgos en la capital de Senegal, Dakar.
El informe es compilado por gobiernos regionales, la ONU y grupos de ayuda. Si bien el cambio climático y la inflación son factores que contribuyen, el principal impulsor de la inseguridad alimentaria es el aumento de la violencia, particularmente en todo el Sahel Central (la vasta extensión debajo del desierto del Sahara), que ha sido el más afectado.
Mali, Burkina Faso y Níger han tenido cinco golpes de Estado en tres años, lo que ha llevado a un aumento de los ataques yihadistas vinculados a Al Qaeda y al grupo Estado Islámico. Los militantes ya estaban operando en el área y han aprovechado la agitación política, tomando extensiones de tierra y bloqueando ciudades.
La región transfronteriza entre Burkina Faso, Malí y Níger es el epicentro de la creciente crisis humanitaria de África occidental, agravada por los efectos del cambio climático, graves inundaciones y sequías. La ONU se dirige a más de 10 millones de personas con asistencia en la zona.
Desde la toma militar de Níger en julio, la violencia yihadista ha aumentado, mientras que las sanciones económicas, comerciales y financieras impuestas por el bloque regional de África Occidental han dificultado la entrada de asistencia al país.
En Malí, la violencia en el norte entre soldados acompañados por mercenarios del contratista militar ruso Wagner y combatientes tuareg, junto con la retirada de la misión de paz de la ONU después de más de una década, ha dificultado que la ayuda llegue a algunas ciudades, dijeron trabajadores humanitarios.
En Burkina Faso, donde muchos lugares están bajo asedio, los trabajadores humanitarios dicen que aproximadamente un millón de personas viven en zonas de difícil acceso. La Red de Sistemas de Alerta Temprana contra la Hambruna dijo el martes que cientos de miles de personas en la ciudad norteña de Djibo podrían estar en riesgo de hambruna después de que se suspendieran los vuelos de carga humanitaria en octubre. Desde entonces, menos del 1% de la población local ha recibido asistencia alimentaria, afirmó la red.
Incluso cuando hay alimentos disponibles, los crecientes costos han dificultado que la gente compre algo.
La ONU dice que no puede satisfacer las crecientes necesidades debido a la escasez de fondos.
El 40 por ciento de las personas que padecían inseguridad alimentaria este año no recibieron ayuda y quienes sí la recibieron menos del 50 por ciento de las raciones completas, dijo Ollo Sib del Programa Mundial de Alimentos.
La ONU lanzó el lunes un llamamiento de 7.600 millones de dólares para ayudar a más de 32 millones de personas en África occidental y central que lo necesitan con urgencia. Martin Griffiths, jefe humanitario de la ONU, advirtió que el apoyo de la comunidad internacional no va a la par de las necesidades.