Miles de personas salieron a las calles de las principales ciudades de Eslovaquia el jueves para renovar sus protestas contra los planes del nuevo gobierno del primer ministro populista Robert Fico de modificar el código penal del país.
Los cambios propuestos por el gobierno de coalición tripartita incluyen la abolición de la fiscalía especial, que se ocupa de delitos graves como corrupción, crimen organizado y extremismo.
Esos casos serían asumidos por los fiscales de las oficinas regionales, que no se han ocupado de este tipo de delitos desde hace 20 años.
Unos 20.000 manifestantes condenaron el plan en una plaza central de Bratislava, según la policía citada por los medios locales.
Michal Šimečka, líder del liberal Eslovaquia Progresista, el partido de oposición más fuerte, fue uno de ellos.
“Mafia, mafia” y “Ya hemos tenido suficiente de Fico”, coreaba repetidamente la multitud.
La legislación aprobada por el gobierno de Fico necesita aprobación parlamentaria y presidencial. La coalición tripartita tiene mayoría para anular el esperado veto de la presidenta Zuzuana Čaputová.
Čaputová dijo que también estaba dispuesta a recurrir a una impugnación constitucional de la legislación. No está claro cómo podría fallar el Tribunal Constitucional.
Fico regresó al poder por cuarta vez después de que su partido de izquierda, plagado de escándalos, ganara las elecciones parlamentarias de Eslovaquia el 30 de septiembre con una plataforma prorrusa y antiestadounidense.
A sus críticos les preocupa que su regreso pueda llevar a Eslovaquia a abandonar su rumbo pro occidental y, en cambio, seguir la dirección de Hungría bajo el primer ministro Viktor Orbán.
Desde que el gobierno de Fico llegó al poder, algunos investigadores de élite y funcionarios policiales que se ocupan de importantes casos de corrupción han sido despedidos o suspendidos. Los cambios previstos en el sistema jurídico también incluyen una reducción de las penas por corrupción.
Desde la primera protesta relativamente pequeña de varios cientos el 7 de diciembre en Bratislava, las manifestaciones antigubernamentales se han extendido a 19 pueblos y ciudades.